Solación

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Hace algún tiempo, en un pueblo de México, vivía una vieja llamada Sarahume en compañía de su esposo. Estaban casados desde hacía más de treinta años, sin embargo no habían podido tener un solo hijo, ¡Cuánto anhelaban tener un hijo!

– Todopoderoso, ¡oh Dios, danos un hijo!- rezaban todos los días.

Entonces después de un año, sucede que la mujer quedó embarazada. Cuanta alegría para la pareja, paso un año y la mujer no daba a luz, pasaron dos años y nada…

Su esposo entonces le dijo.- Estoy seguro que lo que tienes, no es un embarazo, sino enfermedad de vientre hinchado, porque un embarazo no puede durar tanto tiempo ¿o que si?

Su esposa en ese momento se puso a llorar muy desconsolada y se la pasaba triste todo el tiempo, al cabo de los tres años, la mujer dio a luz, su esposo estaba tan sorprendido como feliz, los dos al fin se alegraron tanto que no pudieron contener sus lágrimas y se abrazaron.

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Él bebe llego al mundo, ni tarde ni temprano fue cuando tenía que nacer, nació en un mal año para el campo pues hubo sequía todo el año, por lo cual le pusieron por nombre Solación, a los dos meses de nacido ya caminaba, al tercer mes empezó a hablar, a los seis meses ya era capaz de acompañar a su madre al monte para buscar leña y hongos.

La sequía en estos lugares dura dos años y del cielo no caía ni una sola llovizna. La tierra estaba seca y sus cultivos marchitos. Los habitantes para no morirse de hambre, se ven en la necesidad de comer cortezas de los árboles y raíces.

Cierto día Solación preguntó a su mamá.- Mamá, ¿Por qué no cultivamos amaranto para comer?

A lo que la madre dulcemente le contesta.- ¡hay hijito¡ el dios Tláloc  no quiere darnos lluvia y sin agua es imposible sembrar.

A lo que rápido y pronta Solación le respondió, entonces yo voy a buscar al dios Tláloc , la mamá consternada y con ternura le explica que; el dios Tláloc vive en un gran palacio que se encuentra en  paraíso de tlalocan, de donde procede el agua benéfica y necesaria para la vida en la tierra, en ese lugar se ha dicho existen cosechas permanentes de toda clase de árboles frutales, maíz, frijoles, chiles, y otros que conceden la vida feliz, pero para poder llegar con él tiene uno que estar muerto, y algunos lo han intentado pero no se ha escuchado más de ellos, y esto que te digo, sucedió hace mucho tiempo, cuando todo el año se sembraba y se supo por la voz de una joven, quien logró conmover al dios Tláloc a través de la princesa Chalchiuhtlicue, quien custodia las aguas de la tierra en lagos y ríos, ella vive en lo más profundo de las aguas y para ir a buscarla es necesario saber dominar el agua hijo mío.

Y a partir de entonces Solación, para lograr sus anhelos y lograr la habilidad necesaria para poder buscar el palacio de la princesa Chalchiuhtlicue, todos los días fríos, y días calurosos hacia ejercicio para bucear y nadar en el río donde buscaría a la princesa. Cuando ya se sintió lo suficientemente preparado se aventuró a lo más profundo de las aguas del río,  un día y otro sin encontrar el palacio, después de ciento treinta días de  ardua búsqueda, el cansancio lo venció y se quedó dormido bajo las aguas del río, su agotamiento era tan pesado que apenas cerro sus ojos, se sintió llegar a un palacio de plástico transparente en donde se encontraba la bella princesa, su ropa estaba hecha de turquesas y sus zapatos de oro, su rostro resplandecía como los relámpagos de los  truenos que acompañan a veces el agua de la lluvia y tormentas, en tanto sus ojos una luz tan suave como la claridad del sol a través de las nubes en el amanecer.

Solación se quedó estupefacto contemplándola y la princesa al verlo le dijo que sabía lo que buscaba, entonces que si quería llegar ante Tláloc, primero tendría que encontrar su palacio y buscar la entrada, ya que solo estando adentro lo escucharía, además la princesa le dijo que aprovechara cuando  el dios estuviera dormido y lo despojara de la turquesa que tenía en la boca , atrajo hacia ella un remolino de agua que los transportaría a una nube para llevarlos al palacio del dios cuando la princesa y Solación iban subir a la nube y decirle ella como encontrar la puerta de súbito se levantó un enorme oleaje aventando a Solación a la superficie del agua y tragando a la princesa.

Solación despertó y respiro profundamente, luego se lanzó al agua y se sumergió hasta lo más profundo, esta vez encontró una entrada del tamaño de una persona, era un túnel muy oscuro y avanzo a tientas fue como un laberinto, las paredes tenían salientes punzantes y filosas.

Después de mucho esfuerzo llego al final del  camino donde un puente lo conducía a paraíso de Tlalocan

Allí encontró una puerta, estaba bien cerrada y cubierta con espinas, si se salvó de cortarse dentro del laberinto, cuando empujo la puerta sus manos se hirieron, intento abrirla con los pies descalzos y sufrieron más que las manos, probo con su cuerpo y también su cuerpo sufrió llenándose de heridas, era tal su afán y durante todo un día quiso abrirla sin lograrlo, el dolor de las heridas ya no le importaba toco y toco una noche entera y la puerta permaneció cerrada.

Solacion, Solacion, la voz fina y cristalina de la princesa a lo lejos escucho decirle, si quieres abrir la puerta debes traer en seguida el estandarte de Tláloc. El estandarte es de oro largo en forma de una serpiente y de sus fauces sale su lengua en punta, simboliza el trueno de la lluvia,

Como el aire se le terminaba, salió por donde llego y subió a la superficie del agua y en el monte recogió algunas hierbas para curarse las heridas, fue a su casa donde le pregunto a su mamá si ella había escuchado o sabía dónde estaba el estandarte del dios Tláloc

Ya ella le dijo que se encontraba en el cerro del tepozteco , fue entonces que Solación se encamino de inmediato al cerro y para su mala o buena fortuna era día de ceremonia al dios Tláloc y todos los campesinos  y sus ancianos se habían dado cita para realizar sus danzas,  rituales y  sus rogativas al dios Tláloc para  que lloviera, durante sesenta días los ancianos discutieron para saber  quién  sería el indicado para llevar el estandarte a la puerta del Palacio del dios Tláloc, fue en ese momento cuando Solacion oportunamente da un paso hacia adelante, presuroso antes de que otro joven le gane la iniciativa, saludando al consejo de ancianos dice.- He venido por el estandarte del dios Tláloc.

El mayor en jerarquía de los ancianos le pregunta si está seguro de ser el portador del estandarte y que si ya considero los riesgos que esto implica al tener que bucear y  llegar hasta el palacio en las profundidades del río sin inconvenientes, pues de otro modo el estandarte regresaría al cerro y no tendrían lluvia durante nucos años, a lo que Solación respondió con un si y además de saber bucear muy bien también podía dormir bajo el agua.

Su padre se levantó de entre los ancianos tomando la mano de su hijo dijo,-¡ hermanos agradezcamos al dios supremo ya, tenemos a la persona que puede llevar el estandarte sin tropiezos¡  Gritó el padre con gran alegría, al momento todos se unieron de manos y Solación  también junto sus manos con las de los demás, en seguida todos bajaron del cerro y se fueron en dirección al río, caminaron descalzos y con sus pebeteros con incienso, todos cantaban, Solación con el estandarte entre sus manos los seguía al llegar al rio, solo allí, bajo el sol como el fuego, sus cuerpos pudieron sentir una agradable frescura y abriendo una valla al portador del estandarte, quien sin quitarse su ropa se lanzó al agua, se sumergió hasta la entrada  del túnel, atravesó el laberinto lleno de cuchillos cortantes hasta de nuevo llegar ante la puerta de espinas y ahora toco pero con el estandarte de Tláloc, fue así como se abrieron las dos hojas de la puerta.

Entro al palacio del dios Tláloc  en todo el palacio sonaba una melodía muy tenue, el dios Tláloc vestido con unos anteojeras formadas por dos serpientes que se entrelazaban y con sus colmillos  que forman sus fauces, su labio superior entreabierto tenía una turquesa de tapa para  no derramar su preciado líquido, el agua, el color de su piel era entre negro y azul-verdoso y sus vestiduras con gotas de agua, dormía profunda y plácidamente sobre su altar. Solacion recordó lo que le dijo la princesa, se adelantó hasta el altar, tomo la turquesa  y se la trago.

El dios Tláloc, de pronto despertó, lanzando rayos y truenos por nariz y boca, grito muy encorajinado.- ¿Quién ha sido capaz de irrumpir a mi palacio y robarme ni preciada turquesa?

¡Yo¡ contesto triunfante Solación, entonces, el dios Tláloc, encolerizado salto de su altar y tomo una daga y con gritos feroces ataco a Solación, exigiendo le devolviera su preciada piedra, amenazándolo que, de no devolvérsela, cortaría su cuerpo en pedazos.

Envalentonado, Solación le contesta con mucho enojo al dios, ¡ estúpido y tonto¡, tú has hecho morir a mucha gente de hambre y dentro de un año exactamente será el aniversario a tu muerte, ¡pues  hoy yo te cortare la cabeza¡  y se abalanzo contra el con el estandarte, clavando al primer golpe  la punta afilada a su pecho, y Tláloc soltando la daga cae herido de muerte y al segundo golpe  Solación presuroso toma la daga con la que cercena la cabeza de Tláloc.   De esta forma murió el Dios Tláloc , y Solacion se transformó en Tláloc, nadando salió del túnel y voló hacia el cielo. Al instante comenzó a llover una lluvia torrencial.

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