Romeo y Julieta en el siglo XXI

Romeo
No alcanzo a entender, mi mente se me nubla, mi amada Julieta, por qué cupido ha huido de ti, se ha llevado sus flechas envueltas en las sabanas aromadas en las que te envolvías en nuestro lecho de amor, ¡cómo he podido ignorar su intromisión! Acaso el destino, cortés para unos y cruel para los más, empuña su daga para torturarnos. ¡Julieta, hemos vencido juntos la muerte, y la travesía a este siglo XXI!, y ahora te vas porque la fascinación de tu trabajo te lo pide, no como limosnero, sino como señor autoritario y dueño, que te arranca de mi lado y tú, aislada de la luz que refleja tu beldad, inocencia, inalcanzable belleza no te has podido resistir. ¿Por qué no permites batirme con él, será acaso, por temor a perderme a mí… o a él?
Julieta
Mejor debimos haber muerto, y la eternidad nos hubiera atado con los cordeles de las musas del amor, matizados con flores de todos los paraísos cristalinos. ¡Romeo, oh, mi único amor Romeo! Fuimos blanco del más cruel, envidioso e irreverente escritor que no permitió nuestra separación, sino que, nos trajo a vivir a esta época ruidosa, agitada, ajena, siempre buscando complacer al lector ávido de finales felices. Pero este final es peor que el primero. Tú, mi amado Romeo, presto a complacer en todo a tu amada, no pudiste encontrar un trabajo para que ella viviera como en Verona. ¡No!, no fue tu culpa, ¿quién le daría trabajo a un Montesco en este siglo, si su mundo, su respiración, su talento lo emplea solo en buscar la más bellas floraciones de enunciados para su amada esposa?
Romeo
¡No fuimos hechos para esta época!, su luz artificial aminora tu deslumbrante belleza, te das cuenta, amada mía, sol mío, encanto mío. Se apoderaron de nuestra historia de amor, y ésta nos arrastró consigo. ¡Sicuta!, es lo que debemos conseguir, para perdurar unidos por siempre.
Julieta
¡No Romeo, detente!, yo no quise que esto terminara así, ahora no deseo el elixir, ni la daga; deseo vivir porque la muerte es la más letal trituradora de cualquier ilusión, de cualquier esperanza. Y a pesar de todo, yo siempre te amaré, y tú lo harás también. “El amor no acaba nunca.” Ahora parto, borro tu contacto, como me lo pidió mi terapeuta, es mejor así… el taxi ha llegado, pero te dejo mi aliento, mi fuego, mi amor, mi corazón. Solo, no lo menciones a mis amigas.
Romeo
¡Julieta, mi Julieta, ¿cómo podré vivir, si tú te llevas mi ser completo? Quedo vacío, quedo inerte, quedo seco. ¡Tú, vive amada mía..!, mientras yo muero de amor por los dos.

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