Mi mundo, esfera de cristal que recorro una y otra vez sin agotar mis pasos,
siempre su limpida piel dejo las huellas lodosas de mi andar.
En el duermen todos los ojos que amo,
todas las almas que entrelazadas conforman la mía.
En él duermo yo con los ojos abiertos por miedo de que el viento lo destruya
con su juego de suspiros.
Mi mundo, esfera de cristal que me contiene y guarda.
En sus paredes mis gritos y clamores se hacen espejo de lluvia.
Tengo un mundo y aunque es de cristal y no tiene puertas ni ventanas
en él soy la reina.
Es mi mundo, muy mío, el cual he construido con los bloques de mis lágrimas,
con mis espejos rotos y sobre él camino día y noche mientras la luna
tiene trono y tocadores.
En él todas las almas que amo gritan su luz como luciérnagas atrapadas en mis ojos.
En el mi vida se diluye y soy como la ola arfil que defiende en la guerra sus derechos de mar profundo.
Es un mundo pequeño y austero, una ventana a relojes de arena, un mar en las manos del universo,
pero es mi mundo y mi amor lo hace de tan pequeño tan infinito.
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