En mi cumpleaños número 13, al apagar la vela de mi pastel, pedí un deseo: leer las líneas, ideas, frases, imágenes, argumentos de los famosos, que no fueron incluidos en los libros que se vendieron en toda la historia de la Literatura. Pasó un año, dos, tres, más, y no se me concedió. Luego crecí, y dejé pensar en ello.
Pero en mi último cumpleaños se me cumplió, entonces, me propuse rellenar con los escritos no publicados de mis admirados escritores, el Gran Cañón del Colorado en el preciso lugar donde sus paredes separan la inconciencia del ser humano y la apertura de su mente, aunque, me alcanzó para rellenar otros 8 cañones del planeta; todavía me sobraron frases, ideas, párrafos, páginas.
Se me ocurrió, reciclar esos escritos, pero, descubrí que están protegidos con cinta magnética que no permite acercar unos a otros.
Ningún libro se salvó: Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribiera.
Propuse a las librerías un botadero con los escritos dejados en libretas, hojas sueltas, memorias de grandes y pequeños autores, pero, no hubo suficiente lugar para ponerlo.
No me quedó otra, y los mandé al Facebook, blogs, whatsApp, twitter, la nube, y aparecieron los terabyte.
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