Luchando contra su poder – II

Tornik Turnaped trató de no mover objetos durante su infancia, aunque sabía que ese poder permanecía. Podía mover objetos si él lo deseaba, elegía siempre los menos pesados para no ocasionar ningún desperfecto. Al llegar a la adolescencia estaba seguro que su poder no desaparecería y que tendría que vivir con él toda su vida…

Era un hermoso día, Tornik salió a jugar basquetbol como de costumbre antes de la puesta del sol.

Mientras esperaba a sus amigos, decidió practicar su habilidad para mover objetos. Lo primero que movió fue una hoja de cuaderno que se encontraba junto a una de las bancas del parque.

─Eso fue fácil ─sonrió satisfecho.

La hoja de papel voló de la banca a los columpios que se encontraban como a diez metros.

Su segunda elección fue una botella medio llena, que se encontraba en la parte superior de un cesto de basura. Decidió moverla hasta donde estaba el pasamanos, miró la botella atentamente por unos segundos cuando esta salió volando del bote, recorrió varios metros y llegó hacia donde se encontraba una señora y su perro, la botella golpeó fuertemente al pequeño cachorro haciéndolo aullar de dolor.

Tornik observó la escena pero estaba muy lejos para ser reconocido como el agresor.

La señora volteó de un lado a otro buscando al culpable, pero no había nadie alrededor, le dijo unas palabras de consuelo a su cachorro, lo acarició y se marcharon del parque.

El tercer objeto que decidió mover fue su balón de basquetbol. Se posicionó al centro de la cancha y concentró toda su atención en el balón que había colocado en el piso; la primera vez salió volando delante de Tornik, como a dos metros, corrió rápidamente a alcanzarlo; hizo un segundo intento y esta vez el balón se elevó unos cuatro metros por encima de su cabeza, logró cacharla en su descenso.

balon basquetbol

 

 

 

 

 

 

Lo intentó una vez más: la bola se dirigió hacia unos arbustos que rodeaban el área de juegos. Escuchó un grito, corrió hacia los arbustos y de ahí salió un chico que había recibido el balonazo.

─¿Cómo lo haces?, ¿cómo logras mover los objetos? ─Tornik lo miró sorprendido, jamás se imaginó que alguien lo estuviera viendo ahí escondido entre los arbustos. Sin decir nada, tomó su balón, dio la media vuelta y se alejó corriendo.

─!Hey, espera! ─le gritó el muchacho a Tornik y salió corriendo detrás de él. Lo persiguió hasta que llegó a su casa, lo vio entrar y permaneció afuera como una hora, después se marchó. Al día siguiente, el chico llegó muy temprano a la casa de Tornik y esperó detrás de un árbol, lo vio salir y lo siguió a la escuela, después lo siguió nuevamente hasta su casa, y así durante una semana.

Pasada esa semana Tornik regresó a su rutina de basquetbol en el parque y comenzó tirando a la canasta como era su costumbre, pasaron solo unos minutos cuando una reportera con micrófono en mano lo tomó del hombro.

─Hola, ¿cuál es tu nombre? Me gustaría entrevistarte.

─Tornik, Tornik Turnaped. ¿Sobre qué será la entrevista señorita? ─la reportera sonrió y le dijo:

─ Me llegó un video donde se muestra como puedes mover objetos con solo mirarlos, te grabaron hace unos días en el parque y me gustaría saber como lo haces, será una noticia sensacional.

─No, no, no, señorita, yo no puedo mover cosas, de verdad no soy yo quien aparece en ese video, se lo aseguro ─Tornik se dio la vuelta y corrió a su casa sin voltear.

Al día siguiente en el noticiero vespertino, la reportera comentaba la conversación que había tenido con él y mostraba el video completo que le habían tomado. En la mañana, a una calle de su casa, lo interceptaron  como treinta reporteros de radio y televisión.

─!Tornik! ¡Tornik! ¿A que edad empezaste a mover objetos?

─¿Alguno de tus padres también tiene ese poder? ─lo persiguieron todo el camino a la escuela, haciéndole varias preguntas, pero Tornik no contestó ninguna, quería que todos desaparecieran, solo quería regresar el tiempo y no haber movido objetos en el parque ese espantoso día.

Durante el camino a su casa, volteó a ver si alguien lo seguía, también buscaba en algún lugar de las calles el rostro del chico que le había tomado el video.

“Debo hablar con él ─pensó─, tengo que pedirle que diga que todo es una broma, si mis padres se enteran ¡me matarán!”

En lugar de dirigirse a su casa, fue al parque esperando encontrar al chico del video y sí, ahí estaba sentado en el pasto riendo a carcajadas con dos amigos, Tornik no sabía de que reían, pero le pareció como si se burlaran de él, sintió un balde de agua fría cayendo desde su cabeza hasta sus pies y después un escalofrío que lo hizo temblar por unos segundos. Caminó decididamente hacia donde estaban los chicos, no estaba seguro que diría, pero sabía que tenía que hacerlo. Miró de manera retadora al chico que aún no se había percatado de su presencia.

─!Hey! Necesito hablar contigo.

─¿Qué quieres, Turpik? ¿Así te llamas, no? Soltaron una carcajada los tres al unísono.

─Es solo contigo, debemos hablar ─el chico se incorporó, sacudiéndose el pasto del cuerpo y se aproximó a Tornik.

─Por favor, di que lo que viste no es cierto, que solo fue una broma, que lo del video es un truco, por favor dime que lo harás ─Tornik suplicó con voz suave, pero firme.

─No puedo hacer eso, tu video vale oro, de hecho ya me han pagado una parte y no pienso perder este negocito.

─!Debes hacerlo! ─gritó realmente molesto y desesperado. Se percató de que a su lado había un bote de basura repleto, lo miró fijamente: todos los papeles, cáscaras, botes, y botellas que se encontraban dentro, salieron súbitamente y cayeron justo encima de aquel chico, haciendo que cayera de espaldas, un bote de lata abierto hirió uno de sus antebrazos, sus amigos corrieron a levantarlo.

─!Está bien!, ¡lo haré!, diré que todo fue una broma, pero ¡déjame en paz! ─gritó el chico desesperado, mientras, junto con sus amigos, se alejaba corriendo.

Tornik sonrió satisfecho, por primera vez había logrado mover objetos hacia donde él quería y además, convenció al chico de retractarse. Para él, la gran aventura había comenzado…

continuará…

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