Himno

Y pienso que hay del resto:
El resto sumo, divido, multiplico que hay de la resta.
Ya no vale justificar el desconcierto con ideologías,
ya no cuenta resolver paradigmas con discursos que resultan algarabías.
Ya no.

Rallar en el presente como eco de un pasado que ha fallecido
es la desembocadura no del oprimido (pretexto)
sino del que se ha vencido
es dejarse atrapar por el mono cultural proceso,
aquel escenario no es el triunfo,
es el desgarro de un pasado y de un presente iluso.
¿Se vale ser intruso?
Se vale ser recluso de una cárcel que acoja,
sin inclusión de banderas blancas o rojas,
se vale rescatar la utopía, se vale intimar con soluciones,
mas no conjugar con la modernidad y sus presiones.

Me rebelo bajo el himno, eres uno, eres todo, eres uno, eres todo,
eres resta mas no el resto.
Operación confusa, me destapo el disfraz que brinda posición
y me sofoco en el auxilio, en el eco de mi grito.
Sueño, en estado onírico repito,
Eres uno, eres todo, eres uno, eres todo y no es ninguno.

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