Espera, pudriéndose de aburrimiento.
Alucinaciones, carentes de imágenes.
Necesidad, aturdida por el eco de la amistad.
¡Qué! ¿No alcanzan los hombres para mí?
Lógica metiche entre mi ilusión y los comerciales.
Auto percances, aprendidos como el experimento de Pavlov.
Compras a granel de somníferos, o comida chatarra, el 14.
Jugoso análisis financiero de evasiones, firmado por cupido.
Desgaste puntual de coqueteos invisibles.
Adicción inofensiva por novelas románticas.
“Hacia tu marido ira tu apetencia, y él te dominará.”
15 de febrero y todo se guarda… una vez más.
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