Herramienta de escritura #7: Retroceder y Presumir

George Orwell escribió, “La buena escritura es como el cristal de la ventana” la mejor prosa cautiva la atención del lector al mundo que está siendo descrito y no hacia el ingenio o la astucia de quien escribe. Cuando vemos hacia el horizonte a través de una ventana, no notamos el cristal. Sin embargo es el cristal el que marca nuestra visión justo como el escritor enmarca nuestra vista de la historia.

La mayoría de los escritores tienen al menos dos modalidades: una que dice  “no prestes atención al escritor detrás de la pantalla. Sólo mira al mundo que te estoy describiendo.” La otra dice, sin ningún tipo de inhibición: “Mírame bailar. ¿A poco no soy muy inteligente?” Retroceder y presumirse. En la retórica esas dos modalidades tienen sus propios nombres. La primera es llamada atenuación (understatement en inglés). La segunda es llamada hipérbole (overstatement). Una regla que usa Roy Clark  es la siguiente: Entre más serio o dramático sea el asunto o el tema, más tiene que retroceder el escritor para hacer sentir al lector que la historia se está “contando así misma”.  Entre menos serio o entre más divertido o inconsecuente sea el tema,  más puede mostrarse el escritor usando la hiperbole.

Considera este párrafo en el famoso libro de John Hersey,  “Hiroshima”:

A exactamente quince minutos pasando las ocho de la mañana, el 6 de agosto de 1945, tiempo de  Japón, en el momento en que la bomba atómica destelló arriba de Hiroshima, la señorita Toshiko Sasaki, una empleada del departamento de East Asia Tin Works, se había sentado en su lugar de la oficina de la planta y estaba volteando su cabeza para hablar con la muchacha en el siguiente escritorio.

Este libro empieza con una de las más ordinarias de las circunstancias, un relato del tiempo en el que dos oficinistas están a punto de platicar. Hersey casi esconde el destello de la bomba atómica en medio de ese párrafo, pues al escribirlo supo que podíamos sentir el horror que seguiría a continuación. El efecto  de la atenuación de  Hersey crea ansiedad y anticipación al horror, lo que resulta estremecedor.

Ahora hagamos un contraste de esta atenuación con el animado estilo del  escritor Saul Pett de la Associated Press  quien escribió esta descripción del alcalde de la ciudad de  New York, el colorido  Ed Koch:

Aquí está la cosa más fresca a punto de florecer en New York desde el hígado picado, una mezclada metáfora  de un político, con la anti tesis  del líder empaquetado, irrepresible, cándido, impolítico, espontáneo, divertido, luchador, independiente, que no se acobarda ante bloques de votos, nada sexy, nada guapo, nada a la moda y al mismo tiempo carismático, un hombre extrañamente en paz consigo mismo en un lugar sin paz, un alcalde que preside sobre la Babel más grande del país con con una impropia alegría.

Aunque los políticos municipales pueden ser serios negocios, el contexto y la personalidad del alcalde Koch le permitieron a Pett presumir su ingenio mediante una prosa efervescente.

Uno de los errores más comunes en los escritores principiantes es que exageran en enfocarse en detalles menores que no tienen importancia tratando de crear drama o conflicto pero al hacer esto corren el riesgo de que su prosa se vuelva una parodia. Puedes ver esto en los teledramas y series de televisión donde cosas menores cómo los pensamientos de un personaje en un determinado momento  o las descripciones de las personas son tan exgaeradas o hyper analizadas que al  final todo resulta gracioso.

Esto también es un buen consejo en comedia. Para hacer hipérboles más sutiles puedes usar descripciones super específicas de cosas inconsecuentes cómo la experiencia con el whisky que describe Douglas Adams de esta manera:

De hecho la única cosa que no me gusta del whisky, es que si tomo el más mínimo sorbo, manda un dolor agudo a la parte trasera de mi ojo izquierdo que baja hasta la punta de mi codo derecho y empiezo a caminar en una forma muy especial, chocando con las personas y regañando a los muebles.

Es tan específico para ser tomado en serio y resulta divertido.

¿Y que tal esta hipérbole?

El dictador […] cuyo poder había sido tan grande que alguna vez preguntó qué horas son y le habían contestado las que usted ordene mi general…
Gabriel García Márquez

Así pues, retroceder (atenuar) cuando algo es serio o muy importante. Y cuando algo es menos importante o divertido  uno puede usar la hipérbole con más eficacia.

Para entender un poco más la diferencia entre hiperbole y la atenuación, considera la diferencia cinemática entre estas dos peliculas: La Lista de Schindler y Rescatando al soldado Ryan. Ambas del mismo director, Steven Spielberg. En la primera Spielberg consigue evocar los horrores del holocausto en una película blanco y negro donde nos hace seguir la vida y la muerte inevitable  de una  de una pequeña niña judía vestida de rojo.
En “Rescatando al Soldado Ryan” el mismo director revela con espelusnante detalle  la terrible guerra en las bahías de Francia durante la invasión a Normandía, acompañado de extremidades ensangrentadas, cuerpos desmembrados y arterias salpicando por todas partes. Unas personas prefieren un enfoque más refrenado en donde el artista deja espacio a la imaginación de la audiencia.

Taller:
1. Mentén tus ojos abiertos por historias vívidas que llegan a la página uno del periódico, aunque no tengan valor noticioso. Fíjate cómo están escritas.
2. Revisa una misma noticia trágica en diferentes periódicos. Nota las redacciones que parecen “refrenarse” y aquellas que parecen estar “sobre escritas”
3. Lee obras de humor de escritores cómo Woody Allen, y busca ejemplos de ambas: la atenuación y la hipérbole.

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