Tocas la guitarra,
las paredes se consumen en el canto del fuego,
el cielo se abre para que los ángeles despierten de su sueño nota a nota,
y después arriva el silencio, guardián de la noche
con sus paso de estrellas.
Tocas la guitarra y veo a través de sus labios,
ventana y rejas por donde el silencio pasea sus manos
colmado por un porvernir de canciones.
A través de su boca, espiral de mutismo
ventana de cuerdas con pájaros ausentes en su dormir
y que en su sueño de ser pájaros se reconocen mensajeros de Dios
notas del tiempo cuando se hace canción.
Tocas la guitarra,
viajo por esa ventana abierta, hacia tí tras las cuerdas
de un mundo donde eres nombre sin sonido,
viajo por la ventana abierta,
hacia el oscuro cielo de tu guitarra,
espejo, umbral de oxidiana donde te veo, me veo
y somos un sonido eterno,
resonancia encubierta, canto omitido
desenredando las plumas de un nido de versos que el sigilo procrea
Tocas la guitarra, el grillo enmudece
encuentra una nota perdida en su voz,
el prodigio de tus manos arrulla a la noche,
y veo sobre la cuerda de tus ojos a la vida ejecuntándose plena de música.
Impactos: 2