Nuestros ojos se posaron en el horizonte
y el viento tejía con suspiros nuestros anhelos
El manto de un tiempo suspendido nos cobijaba
nuestros corazones se abrazaban
al ritmo suave del canto de un pájaro
y el sol impregnaba su memoria en nuestra piel
conjurando promesas en nuestros pechos
con toda su benevolencia de Agosto
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