Imperio de miel que construyo como la abeja
y es dulce tumba para la mosca
que tras su largo día de existencia,
decide suicidarse en ese mundo de nadie que dibujan tus labios,
tus risas son las alas que se ahogan, libres, en los océanos celestes,
yo me entrego a sus espíritus hecha polvo de mar,
son una cueva sin salida que acumula piedras de luz,
vago fragmentada, arcoiris roto
que anda hacia los centros de tu boca.
Tu risa es la selva de donde emergen sonidos de monos
y el palpitar de los pájaros desafiando la quietud del día,
es ese pedazo de roca, donde yo sola gobierno,
la siembro lentamente con las llamas que me extraigo,
es un plato roto que alberga en sus gotas de agua
a las hormigas sin hogar, y una a una
van migrando hacia los poros de mi piel.
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