−Mamá, te aviso que me voy a poner un brazo electrónico.
−No, ya te dije que no.
−Pero por qué no, si todos mis amigos tienen uno, o una pierna, o las dos, o los ojos, y yo sigo con este cuerpo de carne y hueso; van a decir que somos pobres y que no puedo estar a la moda.
−Pues diles que tu madre ya no tiene ojos de carne sino electrónicos, y que son de marca. Ahora estoy por quitarme las piernas y ponérmelas en prótesis, ya viste la Pasarela 2117, ¡están bellísimas!
−Pero yo también quiero aunque sea un brazo, hay muchos planes de financiamiento. Lo Puedo ir pagando poco a poco, tú no sabes lo que se siente el no estar a la moda, te acuerdas de Chanti, ya se vació los dos oídos y tiene unos aparatos estupendos, oye a una distancia lejana. ¡Cómo lo envidio!
−Es que yo necesito los ojos de prótesis para mi trabajo.
−Y para que estés a la moda como tus amigas, y a mí no me dejas tener ni un brazo electrónico de moda.
−Pues ya te dije que no, cuando trabajes te podrás comprar lo que quieras, pero no se te vaya a ocurrir ir a comprar uno de esos en los outlet, pues, ¡qué van a decir de nosotros!
−No.
Rian, el joven que discutía con su mamá vio en su móvil que había una fiesta para mostrar sus prótesis de moda, pero que él no estaba en la lista de invitados, y se dijo, “voy a utilizar el código de dinero de mi papá y me voy a comprar aunque sea una, la que más rápido pueda cicatrizar, con eso de que ahora están anunciando una promoción, por introducción de la nueva tecnología para la cicatrización en prótesis; para el sábado los sorprenderé con mi prótesis de moda.”
Así lo hizo; llegó a una tienda-hospital de prótesis, eligió algunas, y se sometió a las diversas operaciones. El sábado llegó a la fiesta con ojos electrónicos; brazos y piernas de prótesis. No podía caminar bien, se caía; no pudo comer porque no podía sostener su plato; y aunque veía bien de lejos, de cerca no distinguía a las personas. Una adolescente de su edad se le acercó, y le dijo
−Hola, soy Suri, ¿no te acuerdas de mí?, hace unos meses te di una tarjetita que decía ¡Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo. Entre otras cosas. Pero no me entendiste. ¡Apenas te pusiste tus prótesis? Yo me las puse hace año y medio. Ya te enteraste que para este año, la tendencia de la moda será implantes de neuronas electrónicas. Por eso tantas promociones con las prótesis. Creo que ya estamos pasados de moda.
−¡No puede ser!
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