¿Qué me da por escribir?
Su vacío, respondió el testigo.
Escupitajo que revienta la acera.
Ha de imperar el vacío
que se disfraza de forma,
seguramente.
Se anexan discursos,
el imán es ontológco.
Usted coma, usted sonría,
explote, sufra si gusta,
que a usted no lo desploma,
la ventana de ismos.
Permítame esconderme
en su forma, quebrarme
en sus axilas, disparando
en la trinchera más frágil
del todo.
Mientras gasto mis días.
Conector argumentativo,
argumentos indecibles,
senderos inaprensibles,
árboles, edificios y tú,
escenarios que co-funden.
Eterna convulsión,
lo infinito no es con-pulso.
La muerte es certeza.
Aquí no hay estacionamiento
ya los cadáveres dejaron
de ser huesos,
pero la tierra apesta
a trascendencia.
Presencia.
Usted olvide.
El testigo es ausencia.
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