I
El sol se escondió tras tu mirada,
ahí duerme como un niño robado sobre sus apacibles nubes
sus rayos tras tus ojos se le escapan al mundo,
yo en la oscuridad de la noche los detecto como una lechuza
que presiente las luces perdidas.
Hay en tu mirada llaves viejas, trastes acumulados,
un rincón donde llora una hormiga y una araña teje sus redes ,
hay una luz morada que me vaticina los daños y hace trenzas en mis ojos taciturnos.
Hay un sol prófugo que tras tu mirada se oculta de la humanidad
y con sus espadas de luz me atraviesa poco a poco
como un niño que aprende a articular palabras y las lanza al abismo
y va derritiendo el hielo donde hundo mis cantos.
Porque caminé sobre tu escarcha, me hundí con especies de dientes de sables,
garras de agujas y cristales rotos,
al ver tu luz solté un grito asustado como una la flor que nace y grita al viento y sólo los pájaros la escuchan
mas ese sol es misericordioso con los harapos de este cuerpo congelado que es el mío,
derrite sin prisas los témpanos de sus cuevas,
saca a flote las bestias apiladas bajo las eras sin vida,
detiene mi eterna huída, seca los mares donde decidí esconderme,
y libera al cielo las lágrimas que guardé en mis manos.
Tu mirada es la última morada para las alas de mis besos
donde mis pies y manos plantarán raíces bajo la luz que proclaman,
como un recordatorio de nosotros en la eternidad de los astros.
Y cuando el mundo se procree nuevamente en el hielo de las sedas celestes,
el sol y la luna de nuestras almas nos fecundaran con cuerpos de ríos en las grutas de un nuevo mundo.
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