En la Sala de la Organización de las Naciones Unidas, se encuentran las personas que van a votar por la propuesta NMO_ 2150
−Estoy sustituyendo al delegado de mi país, que lamentablemente murió hace dos días, me dieron a leer 1940 cuartillas de un proyecto de 10 años, y, ¡tengo que votar precisamente hoy! Entiendo que el asteroide llegará a nuestro planeta en tres meses; que ya están probados los viajes interestelares a otros planetas; que tenemos localizados cinco planetas semejantes al nuestro en diferentes Sistemas como el Solar nuestro; que tenemos las logística para transportar a todos los habitantes de nuestro planeta al designado en menos de tres meses; que lo único que nos falta definir es, a qué personas mandamos a cada planeta. Propuesta uno: Un planeta para los que trabajan por el cuidado del planeta; otro, para los que creen en alguna religión; un tercero, para los que trabajan en temas científicos y artísticos; el cuarto, habitable para los que trabajan en bolsa de valores y su mundo financiero; y el último, para los demás.
−Señor delegado, esa es solo una propuesta, hay una veintena de ellas, como al azar, por continentes, por generaciones, solo unos cuantos a un solo planeta, todos en un planeta. Ya se analizaron los pros y contras, hoy tenemos que votar.
−Perdone que insista, pero si hoy, año 2150 ya tenemos la tecnología para viajar así, para encontrar planeta semejantes al nuestro, para organizar a todo el mundo, etcétera, ¡no la tenemos para destruir un simple asteroide! O, ¿hay algo que yo no sé?, yo no me quiero ir de aquí. Volver a empezar. Unos en un planeta, otros en otro. De seguro alguien tiene la manera de hacerlo en menos de tres meses. El que vive eternamente lo creo todo por igual. Es hora de poner sobre la mesa su aportación.
El murmullo no se hizo esperar, se empezaron a levantar las manos. Entonces, el nuevo delegado salió de la sala, respiró profundamente, y dijo, “me ahorré leer 1900 cuartillas.”
Fin
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