Salí de cacería, encontré a la pantera
Jadeante relamió su boca y percibí su apetito
Ronroneo de nube solitaria
Me hizo olvidar que venía armado
Rodeando cautelosa los límites de mi presencia
Estaba a punto de atacar
Pero un palpitar del tiempo
en un segundo sació sus colmillos
vibró la tierra, el aire me acarició
Y sentí que la vida era un despertar repentino
de una flecha que surca la noche
y se incendia todavía en las cuevas de mi pecho.
Impactos: 4