No me dormí para cuidar las palabras que están en peligro de extinción, pero fue inútil, me ganó el sueño.
Cuando desperté, vi que ya habían desaparecido más palabras esdrújulas, o debería decir, ésdru, como péli, cómu; otras, habían mutado de ortografía, como: k, omg, xoxo, bn, jk, tbm; y las demás en extinción era porque ninguna persona, digo, usuario las volteaba a ver por estar ocupados en usar: Share, login, sign up, spam, flag, compose, unfriend, bot, spoiler, fail, ftw, hash tag, quote; me enojé y fui con el editor, pero él me presentó su carta de inocencia, dijo que él no las había sacado de diccionario y me echó la culpa a mí.
Le pregunté a un zoólogo qué podía hacer al respecto, pues ellos ya tienen experiencia en eso de… especies en peligro de extinción. Me sonrió y me dijo que las fotografiara, las pusiera en una página para cuando alguien las buscara en google, y me dio una explicación que no le pedí: “¿Hasta cuándo estará de luto la tierra y la hierba de todo el campo estará seca? Por la maldad de los que moran en ella han desaparecido bestias y aves.” Yo le agradecí y me fui.
Miré en el buscador una página con este tema para realizar la mía. Pero me deprimió ver tanta especie extinta: Pájaro Carpintero de Bermudas, Lavandera de Christmas, Gallina de agua de Hodgen, Hipopótamo enano de Madagascar, Agachadiza de la isla del sur, entre muchas otras. Y comparé mi lista con el número de palabras extintas, y con pena, constante que también eran muchas: sacrificio-propio, modestia, rectitud, desapego, austeridad, entrega desinteresada, obediencia, entre otras.
Fui a las páginas de especies en peligro de extinción, pero esta vez, no busque cuales eran, sino, qué cuidados estaban haciendo para preservarlas y poderles yo copiar. Hice una lista de ellas: Esperanza, felicidad, caridad, paz, ternura, Dios, confianza, honestidad, amistad sincera, verdad. Segundo, las puse en cautiverio. Tercero, busque ayuda en la red, por cierto, me llegó a raudales; la reproducción de las palabras está siendo todo un éxito, ya una que otra se está alejando de la lista de palabras en peligro de extinción, hasta el editor me felicitó, y me envió una nota que no entendí: “Y, ¿quién habría conocido tu voluntad , si tu no le hubieses dado la sabiduría y no le hubieses enviado de la alto tu espíritu santo? Solo así se enderezaron los caminos de los moradores de la tierra”. Y me fui a dormir en paz.
Fin
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