Qué desprestigiosa se ha vuelto la vida después de tantos años,
qué insoportable se ha vuelto el sueño tras tantos desvelos.
Pablo caminaba entre la niebla
flotaba en la bahía de la madrugada
a esas horas el tiempo transcurría más ameno
y el sol se le escondía entre los dedos,
iba colina abajo cargando la figura de un espectro que ya nadie recuerda
las viejas hurracas le cantaban con la voz de poesías negras como sus plumas
como si fuese el único ser que las miraba
qué divertido sería ser invisible
como a estas horas
las ramas son mucho más delicadas con el aire
como si temieran romperlo
el viejo sol no las toca por miedo a despertarlas,
y la luna casi muere
las aves lo saben y sufren, es por eso que cantan
Pablo siguió caminando, paso a paso
lento muy lento y su figura alta y delgada y jorobada
desapareció en la fría neblina de esa madrugada
donde jamás salió el sol.
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