Creces cada día más dentro de mi pequeño jardín de arterias,
tomas forma definitiva,
tu color agarra brillo y la luz de tus pétalos
quiere romper el cristal y el silencio de su morada.
Tus raíces crecen contigo
y ya los senderos de mi pecho no son suficiente espacio
pero intento cada vez más abrir agujeros
para que crezcas hacia el fondo de mi mundo
tan solitario hasta que tú
como una chispa del fuego de las estrellas
caíste en sus arenas para perderte.
¿De qué mundo lejano vienes que no escogiste un sitio,
sino que sólo caíste y mi corazón como el desierto te acogió?
y mis ojos como microscopios se detuvieron a cada minuto
a observar tu crecimiento,
y a descifrar tus colores de vida para mis caminos
que sólo la sombra de quien fui conocen y andan.
Mi nariz toma muestras de tu olor y lo examina,
mi boca prueba la miel de tus pétalos cual abeja,
pues tú eres la flor única en mi imperio.
Mis manos te veneran extrayendo el polen de tu corola abierta para mi,
como el ojo dormido que levemente entreabierto deja ver un poco de la luz de su interior.
Te vi nacer, contemplé el nacimiento de tu primer pétalo abrirse como un racimo del corazón,
que regala su belleza, y a tus hojas vi exhibir su esplendor ante mis ojos atónitos.
Y siento como a medida que creces dominas más a mis alas,
eres su reina por la que se postran y cierran en servicio de protección.
Noches enteras pensando en como hacerte sobrevivir a la soledad de mi pecho,
como acostumbrar a tu tallo a saborear el agua que le pueden ofrecer los pechos de mis labios.
Noches enteras en mi laboratorio
moldeando sueños inspirados en ti,
sueños enormes como árboles
e invento fórmulas que aceleran tus semillas
y descubro la manera de hacerlas florecer en este corazón mío,
tan solitario hasta que tú,
como una chispa de estrella caíste en él con tus raíces de cielo.
Impactos: 5