“Yo tuve dos decepciones tempranas, una a los 3 años cuando supe que no existan los reyes magos, y la otra a los 12 cuando caí en la cuenta que el idealismo era una utopía. Entonces, yo que me creía idealista, me hice la pregunta, ¿qué voy a hacer, carajo, toda mi vida? Opción a, suicidarme; opción b, abdicar; opción c, vivir como si lo creyera; opción d, ninguna de las anteriores o todas las anteriores que es lo mismo ¡Salud! Y adivinen cuál elegí, pues la c, y acabe como catedrático en nuestra gran universidad en Ciencias políticas ¡Salud! Y miren hasta donde he llegado, con mi opción c, véanlo, un homenaje de poca… otro trago por favor, brindando ahora con mis más fieles seguidores, todos ellos grandes idealistas, con mis más fieles seguidores, creo que esto ya lo había dicho, ja, ja. ¡Salud!” ̶ Ante estas palabras la veintena de personas que se encontraba en la mesa del doctor Calixto se calló y lo miraron estupefactos, como si nunca lo hubieran visto ebrio, se hizo un silencio que contagió al trío de música que estaba tocando; las borracheras de los presentes, como por arte de magia se esfumaron y hasta los meseros se paralizaron.
̶ ¿Es una broma, verdad? o quiso decir que usted nos indilgo, nos convención, nos motivó para hacer el movimiento del 68 y usted nunca creyó en esos principios.
̶ ¿De dónde sacaste tantos sinónimos? Ja, ja, ja. ̶ Le dice Calixto, empezando a volver la voz sobria, pero continuando con su actitud altanera, la cual había mantenido durante toda la cena, echado atrás en el asiento, la pierna cruzada y con el vaso de bebida en la mano.
̶ No, doctor Calixto, yo siempre lo he admirado, respetado y seguido, lo he puesto como ejemplo, y hasta he escrito libros sobre usted, no me decepcione ahora.
̶ ¿Quién te dijo que hicieras todo eso de mí, costeño?, perdón, afamado autor de libros históricos, ya se me olvidó tu nombre, da igual, lo que nunca se me ha olvidado es el ser que eres; pareces dos personas, el gran autor de libros y el otro, el fracasado, sabes, creo que te ha faltado carácter y sesos para la vida… Salud, además, si has escrito de mí lo hiciste porque quisiste, no me eches la culpa, ya te pareces a la Eva cuando dijo: “es que me lo dijo la serpiente, por eso lo hice”. ̶ El costeño bastante molesto va a contestarle cuando interviene una mujer
̶ No doctor, no es tan fácil, en el 68 murieron muchos jóvenes que le creyeron, si yo o los que estamos aquí no morimos fue por buena suerte o no sé porqué, pero nos llevó al matadero por su opción c. Es usted un desgraciado, cobarde, mentiroso, deshonesto y asesino intelectual de esa matanza.
̶ Siguen los sinónimos, pues que esperaba con tanto intelectual aquí ̶ se incorpora Calixto, deja el vaso sobre la mesa y continua̶ Hipatia, Hipatia, mi estudiosa y científica Hipatia, por cierto, yo llegue a pensar que todo te valía gorro, menos tus intereses, siempre tan ausente, pero eso sí, eras de las que nunca creía nada sin experimentar, qué te pasó.
̶ Que en ese entonces tenía solo16 años. Sabe qué, voy a decirle a todo el mundo lo que es usted en realidad.
̶ Hazlo, a ver si te escuchan, sabes porque caí en la cuenta que el idealismo por ayudar a las personas, porque vivan mejor, por desterrar la corrupción, por miles de cosas más no existe; porque las sociedades son una masa amorfa de seres que quieren que los dirijan, que los manipulen, son egoístas, convenencieros, cómodos que nos les gusta pensar. Siempre ha sido así, recuerda como narra la Biblia; se que tu eres atea Hipatia, y yo también, pero es cuestión de cultura general, su dios saca a su pueblo escogido de la esclavitud de Egipto, para darles una tierra donde mana leche y miel, y durante el camino le reclaman que en Egipto comían carne, o sea, fregados pero contentos. Y sabes qué, Hipatia, todavía cuando haces algo por ellos, dejas tu vida, te matas por ellos, no te lo agradecen, ni te lo reconocen, te olvidan, y en algunos casos hasta te crucifican. Si alguien quiere salir de pobre, de ignorante o busca respuestas las encontrará, y si no, ni se las des, te ignorarán. Lo digo por experiencia. Ustedes mis alumnos sí me escucharon y miren a donde han llegado.
̶ Sabe qué doctor, yo llevo en nuestro Partido Político 30 años y como dirigente 6, pero ante sus opciones, elijo la poción b, yo no puedo engañar a las personas, no puedo hacer como que sí lo creo y no, yo no soy deshonesto, así es que mañana 3 de octubre, o más bien hoy, pues ya son las 3 de la madrugada, no asistiré al Partido a su homenaje de gran prócer del movimiento del 68,
̶ Está bien chino, así te decíamos, el chino… lame botas, está bien, pero a tu edad unos cincuenta y tantos años, en qué vas a trabajar, ¿Tienes suficiente dinero para seguir teniendo el estatus “capitalista” que tiene hoy tu familia?, eres un buen líder, o acaso vas a poner en el periódico busco trabajo, soy un “idealista desempleado”. El partido te necesita, la gente te necesita, ocupa el lugar que tanto trabajo te ha costado tener para hacer algo según tu “honesto” por el pueblo. Piénsalo, tú decides…Te veo muy callado Augusto, no quieres o no puedes reaccionar, ¡tanta genialidad en un cascarón tan débil! ¡Quién lo diría, el director del CENEVAL, con una esposa que lo hace como quiere, ¿verdad Hipatia? no solo le hacías la tarea en la prepa, sino que actualmente, el amo de casa eres tú, hasta llevaste a tu matadito hermano Dario, porque inteligente no lo es, para que sea el nano de tu hijo, pero claro, tú Hipatia aportas buen dinero a la casa, pues, ¿cuánto gana la directora general de Ciencia y Tecnología?
Todos voltearon a ver a Augusto, el cual había tomado la posición del que fuera su maestro en la vocacional, echado para atrás y con un vaso de refresco en la mano. Parecía que las palabras de Calixto no le habían movido, y que con su actitud, respaldaba el concepto que había expresado de él, Hipatia, dejó de ver su lap top, (siempre estaba enfrascada en ella) y cuando iba a contestarle, Augusto deja caer su mano sobre el hombro de ella, en señal de que no hablara y él le dice a Calixto, sin moverse, ni cambiar el tono de voz, sino con una tranquilidad desesperante
̶ Había una vez un hombre que había querido cambiar el mundo, estaba lleno de ilusiones y buena voluntad, pero se casó y abandonó sus sueños por mantener a su familia; so pretexto de enfrentar a sus hijos a la vida real nunca hubo Reyes Magos en su casa. Un día cuando llegaba de trabajar, cansado, se le acercó su hijo de 12 años, y éste con la cara llena de alegría le dijo que quería ayudar a las personas a que vivieran en un mundo más justo, más humano, que iba a estudiar muy duro y a poner todo de su parte para lograrlo. El padre, se burló de él a tal grado que el niño se asustó de todo lo que le dijo, entre otras cosas, le gritó que el idealismo era una utopía. El niño, en shock, por las duras palabras de su padre y sus limpias intenciones, le prometió que no iba a ser un fracasado, y lame botas como él; costara, lo que costara, entonces, abandonó a su familia, no se casó, trabajó en su sueño y ¿saben qué?… no lo logró, a pesar de que no escatimó esfuerzos, pues era matadito, no inteligente, simplemente no pudo… todo siguió igual en su entorno, por qué, porque le falto carácter y sesos, por eso no pudo cumplir la promesa a su papá. Entonces, se volvió otra persona, un ser político, amable, superficial con sentido de superioridad, y egoísta. –Hipatia le susurraba insistentemente a cada momento que ya parara, pero Augusto continuaba, sin ni siquiera inmutarse. Calixto al escuchar esas palabras, se levantó y se dirigió a la puerta, cuando iba llegando allá, Augusto le dijo:
̶ Por cierto, el concepto de los Reyes Magos sí existe, y el idealismo no es una utopía, y si no me cree, lea la biografía de Gandi y pregunte a cualquier niño que ve algún juguete en su zapato el 6 de enero. –La fiesta siguió, el trío volvió a tocar, y los meseros circularon otra vez por la mesa.
Fin
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