Me contrataron para hacer una película; yo sería la protagonista de mi propia historia. “Quien no ha pasado pruebas poco sabe, quien ha recorrido mundo posee gran destreza.”
Pero, no me gustó el argumento, y lo cambie. Aunque no sea taquillera, no me importa.
La fotografía me tomó desde lejos hasta acercarse a mí, esto duro unos 10 minutos, yo lo disfruté mucho. Creo que muchos abandonaron el corto metraje; era de esperarse.
Lo que no saben es que en ese tiempo, yo, sentada en una carretera, captaba en mi rostro el viento de los que pasaban por ahí. El camino, es un lugar que da la sensación de caminar, transitar, avanzar; pero yo estaba simplemente ahí, rompiendo esquemas.
No es que fuera un viaje interior, ya he hecho muchos, y documentados algunos en esta página. No es que fuera un viaje imaginario, pues no he descrito imagen alguna. No es que fuera un viaje conceptual: lo que debe ser o lo que no, lo agradable o desagradable, lo esencial o lo superfluo.
Simplemente, fue mi propia historia vista por quienes pasaban donde yo estaba. Me nombraron estorbo, apacible, fracasada, heroína, cuerda, loca, rebelde, única, invisible; creo que debería haberse llamado road movie de quien pasa por donde estoy yo… ellos son los protagonistas, y yo la espectadora.
Se solicita un narrador omnisciente para contar la historia.
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