Acaricio la palma de tu corazón
que resuena como vertiginosos deseos.
Sus latidos inseguros inundan mi ser con delicia
mientras el calor de tu voz
enamora mi cuerpo bailando al ritmo de melodías íntimas.
Humo el néctar que perfuma tu piel
y me dejo confundir por la dulce odisea
que me transporta hacia los senderos del olvido.
Nuestros secretos sueñan mundos idílicos
al tocar la infinidad de sentimientos callados,
aquellas efusiones liricas
entonando la promesa de un viaje sensual
donde los reflejos de tu mirada
se abandonan en la mía.
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