Este mes tanto el Sol como la Luna alumbran el signo de sagitario, el signo que nos lleva a expandir nuestra mente, nuestra consciencia espiritual, a ir más allá de lo que las posibilidades nos plantean, y que nos ayuda alentando nuestra fe en todo lo que se encuentra alejado de nuestro entendimiento, de lo que nuestros sentidos humanos logran percibir. Ambas luminarias a través de este signo se muestran condescendientes a la vez que nos elevan hacia lo más sublime y misericordioso que hay en nosotros, activando nuestra generosidad, el deseo genuino de ayudar a otros, de nutrir nuestra alma con verdades trascendentes, así como dándonos el ímpetu necesario para ponernos en marcha hacia verdaderas trasformaciones, en lo que respecta a nuestro panorama interno.
Este mes comenzó con una conjunción de Luna y Sol en sagitario, así que recalcando lo ya mencionado sobre las cualidades de este signo, podríamos decir que la fuerza de estos dos astros potenciada por dicho aspecto, activa en nuestros corazones la necesidad de comenzar la búsqueda de lo espiritual, de aquello que nos rebasa, de lo que se encuentra en escenarios lejanos, ya que se trata de algo que no podemos comprender aún con nuestra mente, pero que sí podemos presentir con nuestros sentidos ocultos. Por otro lado, Mercurio y Marte unen sus fuerzas en el signo del escorpión, mercurio aportando entendimiento sobre las emociones, poniendo luz en viejas heridas que con la ayuda de su espíritu analítico pueden llegar a sanar si nos atrevemos a perdonar la viejas aflicciones, ya que con el soporte de Marte, Mercurio se verá capaz de aportanos a través de razonamientos lógicos los argumentos necesarios para que el perdón de las ofensas tenga lugar, las cuales quizás nos podrán frente a frente con nuestros antiguos adversarios para que podamos esta vez enmendar estrechar las manos.
Por otro lado Venus y Júpiter se dan la mano en los primeros grados de capricornio trayendo consigo fertilidad y regeneración en el área de los recursos materiales, aportando facilidades en todo lo que respecta a nuestros deseos profesionales y a nuestras ambiciones de cara a la sociedad. Será un mes que nos ayudará a realizar cambios prósperos en nuestro entorno de trabajo y en todos los proyectos que desde hace tiempo deseamos poner en marcha, siempre y cuando, dichos proyectos sigan las normas adecuadas ya que Saturno al estar aún en capricornio, nos conduce a la necesidad de mantener el orden y nos obliga de cierta manera a buscar el equilibrio sin excedernos en imponer nuestros deseos. También, este mes se presenta, gracias a estos tres planetas, como un mes propicio para indagar en nuestras normas y valores religiosos, con la intención de que nos hallemos capaces de ajustar lo que sea necesario en nuestra conducta diaria.
Por último, la permanencia de Urano en los primeros grados de tauro nos augura un mes en el que las posibilidades materiales se ven favorecidas así como la pasciencia para lograr nuestras metas en ese terreno. La luz de este astro nos asiste con claridad para que nuestros sueños puedan proseguir sin que lo adverso de las circunstancias nos amedrente. Será, en definitiva, un mes en el que lo espiritual en nosotros nos guiará para fortalecernos emocionalmente, para sanar heridas a través del perdón. Además de que podremos contar con atrevimiento y coraje para ponerle fin a las corrupciones que nos aquejan usando como armas la paz y el equilibrio, combinando misericordia, gracia divina y generosidad. La inteligencia y los sentimientos estarán muy activos, pero ambos trabajando armoniosamente para llevarnos al triunfo de la salud si es que se ha quebrado o a la consecusión de las causas nobles que nos inspiran . Dios nos bendice este último mes del año, y nos recuerda cuan poderoso es su amor, así que sentiremos una gran sed por beber de sus aguas dulces.
Un abrazo de luz a todos.
El Minutero Estelar
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