Onda etérea cuasi objetiva; viajando por el cordón umbilical; posando como Dios la trajo al mundo, sin otra misión que acompañar al hombre terrenal.
Te visualizo como tiras de bandera incrustada de pretextos; sabes a queso Roquefort en galletitas light; tu conteo está llegando a su fin: cinco, cuatro, tres… Nadie sabe a dónde te esconderás.
Subes como humo rojo, ya nadie se asombra; das un concierto en un estadio, solo dos boletos vendiste. Te quedas en casa, la soledad te mata ¡No hay cómo llamar la atención!
Te alejas como patito feo. Apúrate. El letrero de bienvenida está secándose; no sabemos si ponerle: homo esclavo tecnologicus, o… ente esclavo tecnologicus.
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