Juego teocrático
Detrás de una pantalla etérea
se mueve la palanca de control
moldeadora de mundos e historias;
es impermisible, blasfemo, que los personajes
tomen el mando de sus acciones.
El juicio retro del desarrollador
es desafiado por errores de funcionamiento,
con bichos que presionan botones
en busca de libertad fuera del juego.
Impactos: 1