La Noche calla para oír el murmullo de nuestro amor
que se pierde en los faros y el ronroneo de los coches.
He visto como oculta sus labios con los dedos de la luna,
como usa el velo del cielo para dejar solamente sus ojos al descubierto.
Se esconde después tras las hojas de los árboles,
se encuentra frente a frente con el silencio y ambos van a sellar el pico de los pájaros
que aún al declinar de las luces juegan rebeldes a reflejar los vuelos del sol.
Va dulce la noche cobijando a todos con su caricia de sueños,
levanta sus oídos, no los deja palpitar y cuando nuestro amor estalla
en el grito que agrieta la soledad de las calles,
ella siente un orgasmo mudo que enciende al cielo de estrellas.
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