Hoy amanecí un poco mareada, se me perdió el sentido de la objetividad.
No puedo distinguir lo obvio de lo que no lo es. ¡Y eso, que estamos en el año internacional de la luz!
Ya ni cuando se declaró Un Día Internacional de la Luz: Hágase la luz y la luz se hizo, atardeció y amaneció del primer día.
Creo que Maxwell, Huygens, Herschel, Hertz erraron el planteamiento del problema, no es la luz la que debían estudiar, sino los papelitos de celofán que se nos pegan a los conos y bastones, lo que determina la visión de la realidad.
Nuestras pupilas se acostumbraron a algún color y los pleitos también.
La ponencia que espero en los congresos del 2015 no es cómo se comporta la luz, sino, cómo quitar los celofanes de colores no de la retina, sino del corazón.
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