Coloridos fosforescentes en blanco y blanco.
Alegrías desinstaladas de todo átomo.
Armonías cantadas propensas a permanecer por toda la eternidad.
Cotidianidad calendarizada de festejo en festejo.
Desaparecido el aburrimiento por falta de solicitudes.
Unidad completada como lo profetizó Juan.
Más sonrisas que narices respirando.
Más corazones contemplando que ojos pestañando.
Más vida encadenada de ADN que la acumulada en la Tierra.
Hoy pensé un poco en el cielo.
Hoy me sentí con ánimos de imaginarme allá
Hoy, uno de noviembre, pensé en esa posibilidad.
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