Pesa nuestra sombra en la noche porque carga las sombras del día,
pesa en el alma y en los ojos y se va lejos y nos deja sobre los escalones del sueño.
Camina nuestra sombra en la noche porque piensa que somos nosotros su sombra
y ella se siente viva y una con la noche.
Recoge huellas nuestra sombra, se impregna de la sombra de la luna,
dialoga con otras sombras y descubre su rostro oscuro en el espejo del agua.
Regresa más cansada, con nuevas melodías de la noche.
Lleva consigo piedras de la luna
y se esconde en el cuerpo, lo despierta y los ojos descubren su miarada oscura en el espejo del llanto.
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