Terreno minado por donde atraviesa una conversación acerca de ti. Cada quien decide sus creencias, pero no puede decidir no creer.
Es divertido saltar de fe en fe por la vida. No hay otro camino. Vivimos en las arenas movedizas de lo que no nos consta. Cada vez que destapamos una matrushka, vemos creencias más pequeñitas.
Ahora, a la que me refiero, es a la espada de dos filos por antonomasia. Poder absoluto en manos sucias y traviesas, o a la esclavitud enajenante más cara de la Historia.
Nos dijeron “Seréis como dioses” pero no supimos donde lo cincelaron. No está en el mercado de creencias, o amuletos, ni en el reverso de los cheques emitidos en Suiza.
Crear, resucitar, curar, convertir el agua en vino lo hace cualquier dios. ¡Cuidado! La sugestión te pisa los talones, mas, tus compañeras teologales son de fácil digestión contigo.
¡Quién estuviera en la lista de Forbes para comprar todas tus acciones! Pero el emisor de las acciones las reparte a quien quiere. Solo hay que formarse en la fila desde las cinco de la mañana… con las manos juntas.
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