Oración para que el tiempo se detenga
Desde esta habitación de techo bajo
desde este cuerpo
desde esta vida que vibra como un átomo
en el tejido vasto de la eternidad
Desde aquí reclamo tu atención
Sé que soy nada
un miligramo de viento en la tempestad
célula que se arrodilla
en el rincón oscuro de tu pecho
para golpear con plegarias tu corazón
Mi voz se ahoga en el infinito
ensayo mi rabia en todas la lenguas
r o m p e n m i s p a l a b r a s
su cascarón humano
y vuelan
emplumadas
hacia tu oído.
Hoy quiero que los tumores
y las vidas
dejen de crecer
que los planetas frenen su giro de tornillos
desesperados por entrar
en las paredes del cosmos
Solicito un pacto
una tregua con el tiempo siempre enemigo
A través de ti que has dicho ser el dueño de la luna blanca
y la gota condensada en el espejo
a través de ti que con tus ojos de tarántula
contemplas las ocho dimensiones de la lluvia
Brilla en el pozo de mi alma una moneda olvidada
arrojada por la mano crédula de la infancia
que soñaba con la suerte como un árbol
Busco esa moneda y te la entrego
es mi ofrenda primera
reliquia de mis años más felices
cuando la muerte era una rara flor
crecida en la cima de algunos volcanes
Escúchame Dios de todos pocas veces mío
el miedo me ha talado la certeza de no necesitarte
te llamo enteramente a medias
tímido y cabizbajo
buscando un rasgo tuyo en las arrugas del concreto
Hoy quiero que los tumores
y las vidas dejen de crecer
Que el eclipse estacione su mirada
y vigile para siempre el instante de penumbra
que cobija al mundo como una sábana fresca
Que se detenga la pesadilla
y deje su siniestro balanceo
la canoa perdida en el océano
madera náufraga de un árbol herido sin gloria
cáscara de nuez acariciada por la sal.
Sigo gritando
no hay respuesta
Continúas en tu letargo de tiranosaurio
hipnotizado por el cometa
con los ojos mojados
evaporándose en un viento que quema
como aliento de dragón
Tu rostro erosionado por las eras
tus manos de mezquite al sol
tus labios que no contestan
y solo se abren
para crear mundos que luego olvidas
Escuché tu carcajada en la nube negra
Dijiste que soy un pájaro que vuela inútilmente
para escapar de una jaula sin rejas
Dijiste que soy una estúpida gota de mar
viajando en contra de las olas
¿Qué puedo hacer sino caminar hacia el fondo de los años
aunque el crepitar de la noche ensordezca mis pasos
y se deshojen al viento mis alas secas?
¿Qué puedo pedir más allá de una flauta de cristal
transparente su música al vicio secreto del llanto
hundida su voz entre los aires tornados del ayer remoto?
Desde el ronco silencio de mi habitación al mediodía
con el sol aullando entre dos cirros blancos
salpicada la ventana de lodo celestial
Desde mi espejo que aboga
a gritos de luz
la economía del espacio
Yo te invoco Universo niño
como a la paloma de terca melancolía
que vuela con los ojos llenos de atardecer
Que la rueda gire tan rápido que parezca inmóvil
y la circunferencia se disuelva en infinito
que ardan las horas en los ojos sin fondo de tu máscara negra
y brille entre las cenizas tu alma roja de ciempiés
Cada segundo ahogas un planeta
cada segundo borras una vida mal escrita
y escribes sobre su huella
una muerte sinónima
Deidad de entrópicas ambiciones
escucha el batir de estas alas de piedra
escucha el rezo binario de mi pulso
que asciende y desciende
llora y ríe
que abre y cierra mi fe
como una llave de mágica ciencia
Dios de todos pocas veces mío
no estoy convencido de tu nombre
si de tu inmensidad
por eso te llamo a gritos de piano
y me acuesto cada noche
con la mente incendiada de mitologías
Detén las campanas del tiempo
el engranaje de precisos relieves
bajo las bóvedas catedrales
Detén el murmullo de las horas
su soplar helado e insistente
sobre el monolito de la creación
Detén el viento que erosiona las almas
y nos vuelve de arena
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