Inspirado en la pintura ” Visita inesperada” de Remedios Varo
Cada noche te espero desnuda en mis sueños, avecilla del bosque,
para que dejes la marca de tus garras sobre mis cuerpo de charcos,
te espero con una vela encedida sobre el mantel de las sábanas,
con las lágrimas servidas en copas y con los cogines de las sillas abiertos
enseñando sus plumas para que hagas tu nido.
Siempre te acompaña el gato que guía tu vuelo entre sus dientes brillantes,
él te trae a la muerte de mi alcoba,
a los sueños que mecen mis paredes.
Vienes avecilla del bosque con el rugir de las hojas en tus plumas,
y las sueltas para sumirme en la hipnosis de tus alas que arrastran al manto de la tierra,
traes en tu pico las flores que en sus pétalos guardan el canto desentrañado de los árboles.
Me haces sentir dentro de un árbol que orquesta sobre su piel de ramas el silencio de los astros,
y todo lo que me dices con tus ojeras se va hacia la tierra por el hoyo del tronco,
como cenizas de hojas.
Nunca te vas sin dejar de posarte en mi labios,
sin hacer un acto de equilibrio que rompe la rama de mi frente,
dejando la estela de un sonido, nota enterrada en el piano del bosque
después,
el mismo ciclo de despertar y dormirme en el ruido que hacen
las ruedas del carro de la madrugada ,
al partir contigo, mi pajarillo del bosque.
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