Lo escrito en este relato ha venido a mi con una precisión mitológica que no se sabe si viene del futuro o si viene del presente. Sólo se sabe que los Neo-Nobilis fueron (¿son, serán?) una legión que penetró capa tras capa los estratos, las alegrías y el llanto. Una legión que a base de sus ideas y su conocimiento, logró re orientar el sentido del desarrollo económico del planeta.
“—El surgimiento de legiones cómo la de los Neo-Nobilis no se dará así de repente —se oía decir a Luciano en sus discursos filosóficos que daba primero en las plazas, más tarde en conferencias bien organizadas —. Se necesita el impulso constante de un consciente colectivo que estimule la crítica de los sistemas, las creencias y los valores que los sustentan”. Desde muy pequeño fue consciente que las personas sentían más fascinación por la resonancia, tono e inflexión con la que usaba su voz, que por sus palabras.
“—Sólo entonces se empieza a crear un vórtice de energía cósmica expresada en un pensamiento común capaz de mover a toda una masa, por inerte que esta sea y dirigirla a las alturas de una conciencia más desarrollada. ” Para entonces el alcance acústico y rítmico de su discurso ya había atraído a varias personas que lo rodeaban y veían cómo turistas sin destino.
“—Y estoy aquí ante ustedes porque sé que en algún lugar en este tiempo, entre esta marejada de rostros desconocidos y esquivos, habrá por lo menos una consciencia que vibre a la par de la mía —entonces hacía una pausa para recorrer con la mirada los rostros presentes que le rodeaban.— Porque aquel que comulgue con el mismo impulso con el que la vida me ha inundado, vale por mil.” Las personas sentían la fuerza de su presencia cómo un brebaje de inducción hipnótica.
“— Por lo que no se necesitan muchos. Y entonces seremos legión.” Al cabo de un rato de observar los rostros y acariciarse su barba no pudo evitar el impulso de una expectoración de sangre que se limpió disimulado para continuar con cadencia renovada.
“—Una legión de humanos que no tienen miedo de serlo, que se reconocen cómo amos y señores de si mismos y que no se esconden al expresarse ante el mundo, porque el mundo está siendo vigilado de todas maneras. Así que es mejor levantarse y decir, aquí estoy!
Él sabía bien hasta que nivel la humanidad sería vigilada y controlada por la República, pues él fue el que construyo la red madre del mapa social del mundo. Una tecnología sobre la que la Suprema República Imperial le ordenó realizar de manera secreta experimentos muy siniestros. Fue por esa época que empezó a dar sus discursos y a envejecer de manera muy acelerada. Se consumió en sólo seis meses a la edad de 30 años. Más tarde dicen, se descubrió que en el sillón en el que dio sus últimos discursos, había restos de polonio 210, un elemento químico radioactivo que produce una muerte lenta y dolorosa.
Poco después de su muerte, la Suprema República Imperial decretaba cómo obligatorio a todo ciudadano, la implantación de un chip en la parte prefrontal del cerebro. La tecnología les permitía a los ciudadanos navegar por Internet, programar citas, llamar a contactos, chatear, ver videos y jugar bajo demanda sin necesidad de ningún dispositivo.
Gracias al chip todo lo veían frente a sus ojos y todo reaccionaba con sólo pensar las cosas. La tecnología se había mimetizado con el hombre. Más lo que la República no revelaba era que todo quedaba grabado. Incluso tus pensamientos, lo que pasó o alguna vez imaginaste, tu vida íntima interior y exterior, incluso tus intenciones todo cabía en un gramo de silicio nanotecnológico en algún centro de datos en alguna parte y todo era vigilado por programas de seguridad nacional y te podían arrestar sólo por pensar lo que no debías, con el pretexto de combatir el crimen y el terrorismo.
Pero las palabras de Luciano resonaron en más de uno de sus seguidores y poco tiempo después apareció una tecnología de código abierto lo que hizo posible conectar los chips a una red privada protegida contra la intromisión oficial y a la cual sólo se podía acceder por invitación ó reconocimiento. Una red que fue decretada cómo red pirata pero que llegó a interconectar a miles de millones de humanos en todo el mundo. Una red de voluntades que se movía ágil, con la fuerza de adaptación de una bandada de pájaros y en beneficio o defensa de sus integrantes. Un ideal dinámico, que se engendraba fácilmente en las mentes más lúcidas y que creó las bases de una nueva élite conocida en la esfera de los tiempos cómo los Neo-Nobilis.
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