A Emiliano
Desde los cerros de Morelos
se propaga una leyenda,
en todo el país se habla de él,
del jinete de la tierra.
Es una sombra cabalgante,
el ruido de los cascos retumba
en los potreros, en calles marginadas,
en los barrios y en los pueblos.
La figura de quien cabalga
es de un hombre campesino,
con aires de guerrillero,
blandiendo machete y fusil por igual.
En su caballo anda vigilante,
que no se esclavice a los hombres,
que nadie se desprenda de sus ideales
y la gente viva siempre en pie.
El jinete de la tierra no está muerto,
es una leyenda que vive en todos,
que se crea de la confianza y la equidad,
y proclama que la lucha sigue.
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