“Para mi querido padre que siempre jugaba conmigo al cuento de la Buena Pipa, el que siempre llenó de humor mi edad de oro. Gracias Papá”
__¿Quieres que te cuente el cuento de la buena pipa?
__Si
__ No te estoy diciendo que SI, te estoy diciendo que si quieres que te cuente el cuento de la Buena Pipa
__Si, si quiero
__No te estoy diciendo que SI, SI QUIERO, te estoy preguntando que si ¿quieres que te cuente el cuento de la buena pipa?
Así me tuvieron mis padres toda la infancia preguntándome que si quería que me contaran el cuento de la buena pipa y me quedé esperando hasta que cumplí los 20 años, a veces parecía que la historia iba a nacer de sus labios e iba a inundar de sabiduría mi humilde existencia y cuando más entusiasmada estaba se evaporaba dejándome en la expectativa. Llegué a obsesionarme tanto con “La Buena Pipa” que soñaba despierta con ella, me imaginaba que una señora gorda con cara de buena persona se acercaba a mi fumándola y que el humo de la buena pipa tenia poderes mágicos capaces de trasportarme de realidad y que era en definitiva una pipa sagrada como las que usaban las tribus sioux, me la imaginaba de oro macizo, confieso que ese metal se me figura celestial.
Seguramente por eso cuando creí haber alcanzado la mayoría de edad me compré mi primera Pipa en un bazar de antigüedades, por supuesto que no era de oro, aunque era una maravilla pues tenía algunas imágenes talladas de Dioses Prehispánicos, según yo, fue lo más fino que pude conseguir en el bazar de Esperanza . A mis amigos les fascinaba y hasta hubo quien me la quiso robar, entonces comencé a pensar que en realidad mi pipa era tan buena como “La Buena Pipa” del cuento.
En un principio comencé a fumar tabaco porque era mucho más barato que los cigarros y no me apestaba la ropa, ninguno de mis padres fumaba en aquel entonces , yo no quería ser la que fumara del clan, es una ironía, porque después de todo siempre de una u otra forma me contaron el cuento de “La Buena Pipa” como si fuera algo que amaban y que había que amar. Entonces comencé a fumar tabaco y así era muy feliz. Saliendo de la escuela me iba a la casa de los amigos y nos entreteníamos fumando, mientras escuchábamos a Los Beatles. Mi vida era un paraíso a causa de mi buena pipa, con ella respiraba libertad. Yo era una chica normal con problemas normales hasta que conocí a Lalo.
Lalo se estrelló en mi vida como un coche de carreras, el hombre venía a toda velocidad y yo fui el muro que recibió el impacto. A pesar de eso, le agradezco su abrupta entrada a mis escenarios, pues gracias a él conocí la historia de “La Buena Pipa” que siempre esperé que me terminaran de contar.
Lalo llegó a mi escuela LA TÉCNICA 100 cuando yo estaba en el tercer año de bachiller y desde que entró por la puerta con su cabellera de trenzas, la camisa afuera del uniforme y mis ojos chocaron con los de él, simplemente lo amé, era medio gordillo, de ojos saltones y cara de galleta achocolatada, pero tenía un no sé qué que me atrapó y desde ese momento no pude quitármelo de la mente. Fumaba en mi cuarto y pensaba en Lalo, iba al baño y pensaba en Lalo, iba al cine y en la cara de los actores de la película veía a Lalo, que me decía _ Ven, ven chiquita, te estoy esperando. Así pasé dos meses, sufriendo por Lalo y cuando soñaba lo veía a él montado en una pipa gigante volando por el cielo y cazando estrellas para mí, como si fuera Harry Potter sobre su escoba. Tanta fue mi obsesión que me envalentoné a ir a su casa que no quedaba muy lejos de la mía, mi gran plan era volverme su amiga para destruir mi obsesión u obtenerlo como hombre . Llegué a su vecindario y gracias a mi astucia logré toparme con él, fingiendo que estaba perdida. Él ya me había visto alguna vez en la clase, como quien no quiere mirar a alguien pero lo mira y como siempre me ocasionaba fuertes dolores de estómago nunca me atreví a hablarle hasta que mi valor fue más fuerte. Desde ese día en que fui a su casa, Lalo y yo nos volvimos inseparables, se volvió mi mejor amigo porque la verdad no pude confesarle mi amor hasta muchos años después, cuando ya ni caso tenia que el supiera la verdad.
Por esos días, cada tarde cuando salía de la escuela me iba a la casa de él o él se iba a la mía que en realidad quedaba a unas pocas cuadras de su vecindario. Un día ya después de que le tenía más confianza decidí enseñarle mi máxima reliquia, mi pipa de madera tallada. Al verla su expresión fue de máxima alegria y sin darme muchas explicaciones sacó de su bolsillo una hierbita medio rara que nunca había visto antes, con una sutileza y una calma impresionantes comenzó un ritual que terminó en un viaje increíble.
Desde ese día conocí los poderes de la hierbita mágica que a Lalo y a mí nos transportaba a diferentes planos mientras la fumábamos en su azotea o en la azotea de otros amigos. Se volvió una costumbre salir de la escuela e irnos a fumarla y siempre por más que intentaba no pensar en Lalo terminaba mi viaje imaginando que me besaba, que me quitaba la virginidad frente a la caída del sol o la mirada ingenua de la luna. Pasaron muchos meses, durante todo ese tiempo fumamos en mi pipa aunque pudimos haber comprado otra mejor, al parecer mi pipa seguía siendo la mejor “La buena pipa” aunque no era ni sagrada ni tampoco de oro.
Un día justo por diciembre del 2012, en las fechas de la entrada de la nueva era, porque recordarán los de mi generación que esa fue una conmoción global. Por todas partes se hablaba de la oscuridad, del cambio de percepción del hombre, de la alineación galáctica, de la iluminación solo para los elegidos y del fin del mundo como lo conocíamos y no sé cuántas cosas más que incluso a mí que era solo una chica llegaron a afectarme profundamente. En las calles por esa época no se hablaba de otra cosa que no fuera eso. Hasta una maestra medio hippie logró convencer a la directora de la Técnica 100 que cancelara las clases para que nos pudiéramos preparar para el apocalipsis espiritual. Para Lalo y para mí eso significó más tiempo para divertirnos con nuestras travesuras.
Un tarde cercana al 22 de diciembre del 2012, Lalo llegó sobresaltado a mi casa. Olía a montón de hierba y lo primero que dijo al entrar por la puerta fue
_ Ya la hicimos carnalita, ahora si vamos a ponernos bien al pedo, el Oso me consiguió un paquete que está de pelos, nos va a conectar con los dioses e incluso con los acontecimientos de la nueva era, el güey dice que es un producto nuevo.
Yo me reí, quien sabe que más le habían metido a la hierba que se fumó antes de llegar a mi casa, eso fue lo que pensé pues se comportaba diferente. Nos fuimos a su terraza que tenía una hermosa vista a la ciudad y comenzamos a fumar lo que el Oso nos había logrado conseguir a pesar de la fuerte demanda de aquellos días en el que todos fumaban más de la cuenta por el miedo al fin del mundo.
Lalo empezó a frotar la pipa, eso era algo que nunca hacía, agarraba la pipa como un endemoniado y le metió mucha más hierba medicinal que otras veces. Yo como siempre lo seguía en todo porque era mi ídolo, hice lo mismo que él. Fúmanos tanto que perdí la cuenta de cuantas bocanadas le di a mi fiel amiga. Después de fumar nos sentamos como dos niños a esperar las respuestas mágicas del momento. Siempre habíamos tenido buenas experiencias con la marihuana, pero ese día ocurrió algo extraordinario, algo que no era producto de lo que siempre fumábamos sino una experiencia propia de “La Buena Pipa”.
Yo estaba pensando como siempre en que Lalo se me iba a aventar y me devoraría a besos. Supongo que Lalo pensaba en Mirta, la nueva chica que había llegado a la técnica porque siempre me confesaba que era un sonsacador con todas, eso aunque les parezca raro me encantaba de él. Lo miraba, me detenía en cada uno de sus ademanes, era una delicia contemplarlo mientras estaba en ese estado aletargado. Entonces ocurrió lo inexplicable, un olor raro comenzó a salir de mi querida pipa de madera. Era un olor indescifrable, una aroma exquisita y poderosa, parecía hipnotizarnos. Al principio pensé que era el perfume de Lalo y me dieron más ganas de besarlo pero contuve mis ganas, no quería arruinar nuestra amistad. El olor vino seguido de un estruendo que me aterrorizó. ¿Que era aquello? Tuve mucho miedo y Lalo parecía no escuchar nada, pero lo que vino después hizo que reaccionara de la misma manera que yo. De la pipa comenzó a salir mucho humo, incluso llegamos a pensar que se prendería toda la casa y después de un show de pirotecnia proveniente de la pipa vimos salir de las cenizas aún en llamas una cosa extraña. Su forma era similar a la de un Dios Azteca o Maya, su color gris brillaba con un fuerte resplandor que si no es porque estábamos jóvenes yo creo que nos hubiera afectado la vista.
Lo primero que pensé es que era una alucinación mía pero cuando vi la cara de pavor de Lalo me di cuenta que era una visión compartida y que eso no era ocasionado por lo que fumábamos. Lalo y yo nos escondimos asustados. La cara de aquel Dios o lo que fuera era la expresión misma del susto. Entonces el Diosito salido de la pipa pronunció con voz de trueno.
__Soy el genio de la Buena Pipa, de la pipa ancestral y astral de las culturas antiguas, de la sabiduría eterna, tuve que vagar por toda la tierra, por muchas generaciones, de mano en mano hasta que los elegidos frotaran la pipa.
__ ¿Los elegidos? ¿Cuál elegidos? Realmente estaba aterrorizada ante aquella escena. Lalo se escondió detrás de mí como un cachorrito, entonces tuve que tomar las riendas de la situación.
__ ¿Qué quieres demonio? ¡Aléjate, por el poder de cristo! Y aquella cosa no se alejaba, ahí seguía mirándonos con los ojos rojos y un gran cigarro de marihuana en la boca. A pesar de tener un aspecto físico desagradable, su semblante estaba relajado, entonces intenté sacarle información ya que la imagen no se esfumaba.
__ ¿Qué quieres de nosotros Genio de la buena pipa? Hacia grandes esfuerzos por intentar conectarme con él con un lenguaje tierno no fuera a ser que nos atacara.
__Ustedes han cumplido la profecía de que dos jóvenes del 2012 me encontrarían y podrían cambiar el mundo gracias a los deseos que yo les concedería, llevo mucho tiempo encerrado y necesito despejarme, les concedo tres deseos capaces de cambiar al mundo.
__ ¿Solo tres? ¿No pueden ser cinco o diez deseos? La verdad eso de que me limitara una divinidad me disgustó mucho, además era absurdo que después de su aparición tan fantástica siguiera los mismos patrones de todos los genios que habíamos visto en las caricaturas.
__ No. Solo tengo el poder de concederle tres deseos a las almas mundanas.
__Ok, ok, déjanos pensar que podríamos pedir
Lalo y yo entramos en una larga discusión, ambos queríamos cosas diferentes, yo quería que él me amara y Lalo quería que Mirta lo amara y después ser muy rico además de poderoso. Yo no quería dinero, prefería pedir que todos los hombres me amaran. Después de mucho divagar decidimos pedir un deseo cada uno y que el último fuera compartido. Al pedirlos el genio se echó a reír a carcajadas.
__Siempre me piden lo mismo, deberían de cambiar de estrategia y pensar más en la humanidad, pidan algo para todos, no sean tacaños, además ya está a punto de comenzar la nueva era.
Al parecer el genio sabia adaptarse rápido al lenguaje actual porque lo entendíamos muy bien. Lalo y yo volvimos a discutir sobre que pedir. ¿Qué podíamos sacarle al Genio de la Buena Pipa? Algo que amábamos los dos en ese momento era la marihuana, así que decidimos pedir cosas relacionadas con ella, además de que estábamos seguros de que el mundo con su consumo sería un lugar de mucha más paz y gran amor.
__ ¡Geniecito, ya tenemos los deseos! Uno: queremos que crezcan árboles de marihuana y que todos los que prueben sus frutos se vuelvan personas más felices y también que no escaseen, es más, que el mundo pueda ser un lugar donde el alimento básico sea la marihuana. Dos: Que la hora del té en vez de ser la hora del té o del café sea la hora de la marihuana y que todos nos podamos sentar en familia a fumarla, hacer un hermoso ritual con nuestras pipas o chichas, que todos podamos convivir como hermanos. Tres: Que el mundo sea un mejor lugar para la humanidad donde todos los seres estén enamorados.
Realmente nuestros deseos eran muy nobles y el Genio se sintió complacido porque no puso resistencias. En abrir y cerrar de ojos aparecieron unas semillas en nuestras manos, eran el futuro de ese mundo que queríamos. Según el genio si las sembrábamos de ella saldrían hermosos árboles con los que podríamos cambiar a la humanidad.
Lalo y yo estábamos felices, por fin nuestros sueños de marihuanos se cumplirían y la nueva era estaría llena de amor. Dos días después de ese acontecimiento decidimos donde sembrar las semillas mágicas, había un terreno baldío cerca de la Técnica 100 e incluso el Genio de la Buena Pipa nos indicó que la tierra de ese lugar era magnifica para nuestros planes. Así que lo hicimos justo a las 7:00 pm porque consideramos que era una buena hora para que nadie nos descubriera. El genio nos acompañó en la travesía y nos prometió que después de eso se introduciría en la pipa hasta que la segunda profecía se cumpliera, la que hablaba de dos jóvenes que en el 2025 lo encontrarían para pedirle tres deseos más.
Todo ocurrió de maravilla ese día hicimos el trabajo rápido aunque ni Lalo ni yo sabíamos sembrar bien pero gracias a la ayuda del genio no tuvimos problemas con esa parte de la misión. Estábamos convencidos de nuestro logro cuando al día siguiente irrumpió en mi casa un ejército de militares y digo ejercito porque llevaban un armamento tan especial que parecía que estaban buscando a los peores criminales del mundo. Evidentemente alguien nos había visto, seguramente algún federal o alguien relacionado con ellos. El caso es que Lalo y yo pasamos tres semanas seguidas en la cárcel sin que nuestros padres pudieran hacer nada.
Durante una semana estuvimos frotando la pipa para invocar el Genio de “La Buena Pipa” y nada, no se dignaba a aparecer, nos había abandonado en aquella situación. Pero ocurrió algo horrible que en ese momento parecía la salvación. Un policía nos vio frotando y frotando la pipa. Eso le dio mucha curiosidad así que nos preguntó porque lo hacíamos. A Lalo y a mí nos inspiró confianza y le contamos la historia aunque la verdad sabíamos que no nos creería. El hombre se mostró incrédulo como lo esperábamos, sin embargo, nos propuso ayudarnos a cambio de que le entregáramos la pipa como prueba ante los jueces del caso. No nos importó perder nuestro tesoro, creímos que tendríamos al final la suerte de que nos creyeran aunque fuéramos dos marihuanos. Tres semanas después ya estábamos en la calle, nadie nos dio explicaciones, simplemente nos liberaron y a mí buena pipa nunca más la vi.
Días después de la liberación Lalo y yo fuimos al terreno baldío. Nuestro descubrimiento nos dejó angustiados pues habían removido la tierra, se habían llevado las semillas mágicas para quien sabe que fines macabros. A pesar de nuestra angustia no nos quedó más alternativa que cerrar ese episodio de nuestras vidas. Pasaron varios meses en los que Lalo y yo nos distanciamos, ya no teníamos “La Buena Pipa” y cuando intentábamos fumar en otra no sentíamos el mismo placer. Como ya no había ningún entretenimiento que nos uniera, la amistad se desmoronó. Eso fue algo que me mantuvo por mucho tiempo hundida en la depresión.
Después de unos cuantos meses, estaba de vaga en mi casa y prendí el televisor. Un hombre mal encarado tenia a millones de televidentes estupefactos con la siguiente noticia.
__Se descubren árboles de extraña procedencia en un bosque del DF, dichos árboles dan frutos capaces de producir el mismo efecto que la marihuana, también se ha descubierto una nueva variante de la marihuana, la cual se produce en el mar y sus efectos son cien veces más poderosos que el de la marihuana común. Este descubrimiento tiene alarmado a todo el país pues ya se han comenzado a distribuir estos productos en el mercado de las drogas y se han comenzado a tomar severas medidas con quienes están manipulando su distribución
La noticia se me hundió en el estómago y me quitó el sueño por muchos días, era evidente que el Genio de “La Buena Pipa” había ayudado a aquel policía o a otras personas involucradas en el caso ¿Quién estaba detrás de todo eso? ¿Al final quien tenía la buena pipa en su poder y quien se estaba beneficiando con ella?
Nunca lo supe y estoy segura que nunca lo sabré aunque me mal viaje miles de veces buscando a un responsable de que los sueños míos y de Lalo nunca se cumplieran. Ayer en la televisión vi una nueva serie que se llama “El cuento de la Buena Pipa”. El cuento como el que me contaban mis padres no lleva a ningún lado, no tiene ningún principio ni final, son divagaciones que mantienen a los niños inmersos en un sinfín de imágenes absurdas. Estoy segura que esos niños algún día tendrán su buena pipa, fumaran, consumirán frutos con sabor a marihuana y la policía seguirá persiguiendo a los culpables. ¿Cambió el mundo en el 2012? Yo lo veo igual y cada vez menos por mis problemas de la vista. Aunque Lalo y yo fuimos los descubridores de algo que ha cambiado el mundo de las drogas no somos los que disfrutamos las ganancias. Eso aún me tiene frustrada, pues ni siquiera pude hacerle el amor y peor aún extraño a mi buena pipa.
Año 2025
Dos jóvenes Marlot y Jaime compraron una pipa en un bazar de cosas viejas, fumaron marihuana mientras jugaban al cuento de la buena pipa, cuando frotaron la pipa apareció el “Genio de la Buena Pipa” y les concedió tres deseos que alguien les truncó entreteniéndolos con la misma historia sin final.
FIN
__ Karla, Karla, Karla, ya deja de fumar esas cochinadas, hasta aquí abajo llega el olor de esa cosa que te fumas, carajo estamos a punto de terminar el 2012 y tú estás con eso, ya va a llegar tu papá mijita, baja para que pongamos la mesa, esas historias que alucinas no nos van a dar de comer ehhh. Estoy harta de esta vida del carajo que se parece tanto al cuento de “La Buena Pipa” es más, ve por un vino y de paso cómprame unos Marlboro.
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