Contempla que lunares de cenizas brillan en la minifalda del amor,
como el filo de sus piernas rebana las miradas entre listones negros y uvas
que se enredan en su cuello, y cuan coqueto ha decorado las agujetas en sus pies
que ya estrena por los paseos de la fama.
Sangriento espectáculo mi amor para contemplarnos la risas que cantan el rojo vivo de los labios,
y los cabellos de raíces de árboles a los que han apuntado los focos de la noche.
Contemplemos querido mío la radiografía de azucenas que libres juguetean como cadenas
en el pecho del amor que ya estrena gabardina de etiqueta;
y como por su ombligo las cuerdas infantiles encuentran salida hacia el jardín de juego de los maniquís;
los lunares de cenizas, lentejuelas fatigadas sobre el terciopelo que se precipitan como estrellas sobre las
medias, y como la tormenta ya gesta sus malabares de relámpagos entre su cabellera de enredos.
Observemos amor mío, sarcófago de mis rosas, como el divino amor destila aroma de celos,
y bajo su sombrero las alondras, heraldos del rocío, reciben con alegre mañana las monedas de la
aprobación.
Perdamos la cabeza como peones en la lucha diaria por salvar al corazón,
y si es posible pongámosle peluca a las ideas, maquillemos los besos y unámonos a la caravana
que ya aplaude y deja rastro sobre las escalonadas caderas de la coqueteria.
Impactos: 2