I
Como una semilla flotante has llegado a mi reino
y ahora presencio tu belleza con mis ojos de lupa,
como alma de flor has llegado a poblar con tus raíces los muros,
y con tu esencia todo despierta a la luz de tu sombra.
II
Hombre semilla, hombre flor, te acerco al universo de mis ojos,
al lente del origen de lo visible, que ahora se mueve con la dirección de tus pétalos
y siento como creces hasta adueñarte de los desiertos de mis pupilas
y conviertes mi pecho en un jardín conectado por raíces.
III
¡De qué mundo lejano vienes no lo sé!
pero creces y germinas en mis sueños
y construyes un nuevo mundo en mi mundo.
IV
Si bajé a esta tierra extraña y desierta
es porque tu creces en ella con tus raíces y tus pétalos hacia adentro,
y en el puente que han creado mis ojos en un telescopio para el viaje mi alma,
te percibo sobre las sábanas de este, nuestro reino flotante
dentro del mapa constelado del universo,
y extraigo tu olor y tus semillas en mi laboratorio de geólogo mutante.
Si accedí a conservar este mundo de aire, arena y agua
donde gobernamos sin corona y entrelazados a una sola columna,
es porque ya creces en mí y yo en ti
como si hubieras expandido tu tierra
y mis alas se hubieran cerrado para protegerte,
mi semilla, corazón de vida para otros cielos.
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