Quieto, descojonándome de los absurdos del inquieto.
Ruidoso entre los dientes, pá mostrar la mano,
como alabando su momento.
Mentiroso frente a los cuerpos
Omnipresente estado que avala lo fastuoso.
Heme dentro mío, fantaseando con aquello originario.
Qué diferencia existe entre los daños al mirar
desahogadamente y los cristales de por medio.
Cuál es la diferencia entre embriagarnos
y quejarnos sin tedio.
Premonición que conjuga sobre el miedo.
Heme esperando frente al sanitario
la última gota del cuerpo.
Heme asqueado y
queriéndome asquear
por si las dudas.
Me arden los ojos,
aprieto los labios
Para que arda el cuerpo.
Se extravió.
Aquello escapa en el tren de los segundos,
paupérrimo intento de encontrarlo.
Exiliado que bebió.
Heme colaborando para sus riquezas
Heme laborando con lo suficiente
para hacerme menos.
Hacerme enano frente a ellos.
Te quiero…
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