De mi país que hablen bien los demás,
políticos mentirosos vendedores de espejos,
optimistas callando puños de revolución,
empresarios rateros de tierras y los vientos.
Que hablen, conformes con migas de los ricos,
viviendo entre la miseria de lo mínimo,
soportando el yugo de la mediocridad,
agonizando por la paliza a los bolsillos.
Hablen bien de mi país todos los ciegos,
los nacionalistas carentes de revolución,
que viven sin más, en cautiverio, en miedo,
en su burbuja no sienten a la patria.
La tierra se lanza nublando la visión,
así se ha torturado a mi nación por años,
con pequeñas pintas en la fachada decadente,
engañan a turistas y a los del cambio interno.
¡Qué hablen y expresen maravillas de mi país!
yo no lo haré, mejor si lo que digo incomoda,
pronunciaré la verdad de mi enferma nación,
le daré voz a mi país, que pueda hablar.
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