La melodía acalla mi alma, no sé por qué estoy aquí…
El candelabro apagó sus luces: el silencio arribó.
Las sábanas frías atormentaron mi corazón: caí dormida.
La lluvia acortó mis pasos, voy en tu búsqueda: te miro a lo lejos.
Mis ojos incrédulos confirman mis sospechas, tus brazos la transportan a un lugar donde ya no existo: la besas.
Las escaleras hacia el cuarto acabaron con mi aliento: estoy llorando.
Busco una respuesta, las estrellas disipan el temor a la noche: camino largo rato.
La brisa en mi cara resucita el sentimiento de venganza: lo haré hoy mismo.
El sonido de esa gota acrecenta mi rabia: busco el arma.
Las llaves susurrantes anuncian que has llegado, camino a la entrada: estás frente a mí.
El ruido ensordecedor nos capturó en su domo: tu yaces inerte, yo estoy gritando.
La mujer de blanco se aproxima, la aguja en su mano toca mi brazo: siento paz.
Y otra vez esa melodía disipa mi dolor, no se por qué estoy aquí…
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