Desesperación, cansancio;
giro, camino, pienso,
soy presa del hastío.
Me he hartado,
nada hay en el lienzo,
solo tu nombre, un te amo,
no es testigo del tiempo pasado,
de lo andado sin ti,
sé que estás conmigo,
no,
tu recuerdo está
el fantasma de tu figura…
¡Basta! Quiere gritar mi centro,
saborear tu aliento,
abrazada a tu cintura
susurrar «te amo»
después cantarlo,
que el mar lo sepa
que resuene en los bosques
que por fin la luna se libere…
Pues ella lo sabe
ha callado conmigo
me escucha cada noche
acompaña mis lamentos
acaricia las madrugadas
comprometí su libertad
obligué su silencio;
a veces llora conmigo,
cuando no estoy
las estrellas me cuentan de su sufrir…
Le pido perdón,
pero no encontré mejor cofre,
su brillo esconde mi secreto
es un manto de blanca seda,
curiosa luz de complicidad
oscurece cuando no puede callar
cuando sufre conmigo…
Ella me incita a hablar,
como una madre
alienta que deje ser a mi centro
que equilibre mi pensar,
mi sentir y mi hablar,
sugiere con ahínco una confesión:
que te cuente de este ser amándote.
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