Burbujas adornadas de fractales adrenalínicos con derechos reservados de admisión fresca.
Despilfarro de vidas aburridas en código de barras kinestésicos.
Excitación de ondas generacionales, z, íñigo, touch, cristal, la que siga, con tal que sean nutridas de cualquier chatarra auto reflejante en bolsa reciclable dispersa.
Excretando figuras mágicas en movimiento, una para los padres y maestros, y otra para divertir al aburrimiento.
No importando si en el camino dejaron sus móviles, o su identidad. Nadie les reclama. Mañana se comprarán la de última generación.
El que mima a su hijo, vendará sus heridas, a cada grito se le conmoverán sus entrañas.
El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson; ya no lo leen, lo viven… ¡Qué más sigue?
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