Mujer ahí tienes a tu hija;
Me dijo ahí tienes a tu madre.
Huérfana jamás mi testa taladre
y no me experimente más canija.
Ya no me sentí como la valija
que vaga por ahí sin un encuadre
sino como limpio y atrayente odre.
¡Soy vino nuevo, prosapia vasija!
¡Rosas para mi madre en su fiesta!
Sumadas por cincuenta para su Hijo,
mi ser, la gala, ya no la detesta.
En todo sitio encuentro lo que Él dijo.
La casita de Nazareth es ésta,
donde hay amor ella vive…yo elijo.
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