Eran blancos mis besos, sí, eran blancos
como mariposas arrancadas del cuaderno y transparentes sus alas,
de espejos, sí, eran de espejos .
y tímidos como de papel con dibujos de un día soleado.
Volaban hacia un labio cual si este fuera rosa, árbol, cielo o refugio de verdad.
Y un día los llamó el anzuelo del miedo
y blancos como cristales, como símbolos de niñez,
como las hadas que erran en su primavera
se extraviaron en la boca de un fantasma al rozar sus alas el marco del silencio.
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