−¿Qué estás leyendo tan interesado? No se nos vaya a pasar el camión, y lleguemos tarde, no quiero hacer mucha cola en los juegos −le pregunta Susy a Donato.
− El Diario oficial de la Federación. Ya viste, ahora tenemos más leyes que las seiscientas y tantas leyes que tenían los judíos. Vamos a pagar impuesto por reírnos, ya están las cámaras en la ciudad que captan las veces que lo hacemos, y se anexe a nuestra cuenta de impuestos, multas, sanciones, recargos, este concepto.
−¡No manches! Ni en eso nos dejan en paz. No les bastó que te cobren impuesto por cada vez que vas al baño, y por cada vez que tienes relaciones, ya nada más falta que cobren impuesto por suicidios, y con eso se harían ricos, bueno, más ricos de lo que ahora están, ¡en qué momento dejamos que esto pasara?
−¡Nosotros qué, Susy!, los adultos que no se defendieron, ya sabes, son rete desunidotes. Las leyes son la panacea para la esclavitud de un pueblo. Esto me recuerda el diálogo del rey con el Principito; igual quieren controlar todo, si pudieran hasta los bostezos. Mira ya viene el camión, vamos.
−¡Cómo nos divertimos!, ya me duele el estómago de la risa y de la emoción, con estos juegos remodelados que te sacan más adrenalina, ¡están bien padres! Si me llevas a mi casa, te cuento unos chistes que me contaron.
−Sí Susy, pero ya no vamos a poder reírnos así, no sé tú, pero yo me siento como si un ejército de robots con caras de leyes nos tuvieran vigilados, esclavizados. Así yo no puedo vivir, me siento como si salieran de las alcantarillas leyes y leyes que te enredan por los tobillos y te llevaran a donde ellos quieren; es como si el aire estuviera enraizado por la contaminación de sanciones y no pudieras respirar libremente; es como si aparecieran de debajo de tu almohada seres extraños que trajeran en su brazo los códigos y te leyeran al oído todo la noche leyes, artículos, párrafos, apartados, anexos. Yo así no quiero vivir, yo te propongo…
−Ni lo digas Donato. No vamos a ser un número más de la estadística de este año de sui…
−No es eso, sino que estudiemos leyes, y que veamos la manera de derogarlas, de cambiarlas, de reformarlas. Parecería una batalla de ciencia ficción, cuyo enemigo son las leyes injustas, ilógicas, y absurdas. Está generación está pensando como nosotros, sé que tendríamos su apoyo, solo falta un líder como siempre, me propongo. –En eso llega unos policías y abordan a Donato y a Susy y les dicen: están detenidos por conspirar contra el Sistema Gubernamental. Ley 1845, artículo 390, apartado 36c, párrafo 4, del Código de Seguridad Ciudadana. Guarden silencio, o todo lo que digan será usado en su contra.
−Hoy empezó la batalla. Tu no digas nada Susy.
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