Viuda anhelada,
es ella siempre ardiente,
mi moza amada.
Callada amante,
que nunca fue deseada,
vive anhelante.
Yo te recuerdo,
porque en tu ausencia, siempre
ciego me pierdo.
El fatal juego
de mirarte a los ojos
destruyó mi ego.
De ti cansado,
llevo mi vida lejos
desencantado.
No le hice caso
a la naturaleza,
llegó el ocaso.
Amor libera
mi pasión reprimida
antes que muera.
Arigatōgozaimashita
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