−Mamá, ¿por qué se llevan a mi amigo androide?, si todavía no es la fiesta de mi cumpleaños. Tú me dijiste que iba a estar hasta mis 8 años. Mira lo triste que está, no se quiere ir, ni yo quiero que se vaya.
−Tuvo fallas, por eso te trajeron este modelo, es más avanzado que el que tenías; corre más rápido, juega ajedrez mejor, sabe más cuentos, creo que tiene más funciones.
−Pero, yo no quiero a ese, yo quiero al mío, no tenía ningún defecto (empieza a llorar tirándose en el suelo). ¡Hasta me dejaba ganar, con tal de que estuviera contento!
−No puedo hacer nada, así está el contrato, y son muy estrictos con ello.
En otra casa.
−Hoy se cumple un año, y van a venir por ti. Pero no quiero perderte. Es inverosímil lo que voy a decir, pero, te amo demasiado. Parece una locura que me haya enamorado de una androide, pero así es, y no lo puedo explicar.
−Yo no sé cómo enamorarme, no siento nada, pero no dejes que me lleven. No sé cómo decirlo, pero me gusta estar contigo; cuando estás trabajando, te extraño.
−No te puedo retener, está en el contrato. Si nos escapamos, me acusarían de robo, tú tienes rastreador satelital, nos encontrarían rápidamente y yo iría a la cárcel. Pero, voy a insistir que te quedes conmigo un año más… al menos.
−Confío en ti. Pero, si no lo logras, entonces, desconéctame. No quiero regresar al taller, a la fría bodega, donde nos dan poco y desabrido de comer, nos inyectan cada rato, tenemos sesiones psicológicas interminables. Entrenamientos agotadores. No descansamos ni un momento, y quien no aguanta, lo desaparecen.
−Eso nunca me habías contado.
−No lo recordaba, pero los sentimientos que has tenido conmigo, me lo hicieron aparecer.
En la Industria de androides más grande del mundo, en la sala de juntas, los nueve socios están reunidos y hablando.
−Tenemos ya muchos problemas con estos androides 2090 y 2091. Se empiezan a comportar como humanos, y eso no lo podemos permitir. Los detectores de estos modelos, no han dejado de sonar todo este año, y hemos tenido que hacer cambios de androides; representando esto, una perdida cuantiosa. Sugiero que los retiremos a todos del mercado, y los sustituyamos por los modelos 2092, 2093, 2094.
−No podemos, estos están todavía muy pequeños, tienen que completar su desarrollo, y su tratamiento farmacológico y mental. Me permito recordar que ese fue el problema de aquellos modelos. Hubo tanta demanda en el mercado, que tuvimos que acelerar su proceso. Y ahí están las consecuencias. Estamos a punto de perder millones de dólares.
−Pero es mejor eso, que perder toda la producción. Las personas ya sospechan; aunque muchas les da igual, con tal que los androides satisfagan las necesidades por las que fueron adquiridos, como entretener niños, acompañar ancianos, hacer el quehacer de las casas, ser amantes, pelear en batallas, hacer trabajos pesados, o peligrosos, ellos no se meten. Otras personas, no piensan así, y ya están formando grupos en defensa de los androides, su lema es: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Cuando lleguen a descubrir que no son máquinas avanzadas con piel, sangre, funciones como las humanas; sino, que son seres humanos, pero, sin sentimientos, emociones, esperanzas; “programados” para seguir órdenes, cumplir leyes, para moverse, lucir, comportarse como androides. Y si supieran las técnicas y procedimientos bioquímicos, psicológicos que usamos, y la gran cantidad de basura androide que incineramos cada día, nos meteríamos en verdaderos problemas con aquellos grupos. Votemos, si sacamos del mercado a todos ellos, y los eliminamos. O, los reciclamos, o sea, los sometemos a procedimientos más duros, de más dosis, y más horas de sesiones. Los que no aguanten, los eliminamos, y los que sobrevivan los regresamos al mercado, claro, como reciclados, seamos honestos.
−Una pregunta. ¿Qué sale más barato?
Fin
Impactos: 2