Patty paseaba orgullosa presumiendo su bouquet de rosas frondosas como la sangre que bombea su corazón enamorado, no se aleja mucho de la banca cercana a la fuente del zócalo que como en días festivos vierte su agua cristalina, donde las palomas y pichones se cortejan frente a su rocío un 14 de febrero. En la banca esta su mochila de la escuela y al lado un oso de peluche muy grande con corazones de satín rojo dentro de una bolsa transparente para regalo con un despampanante moño de corazones y sobre su mochila esta un regalo de Sanborns, al parecer es una caja con chocolates.
Pasan sus compañeras del bachiller y la ven con asombro y envidia, llegan sus amigas y amigos y la felicitan por tan ostentosos regalos, la intriga les invade y sin más le preguntan por su novio y como es que la ha dejado sola con tremendos paquetes. Patty ha logrado interesarlas y no solo a ellas sino que también a las personas que la ven, y se limita a decirles que Nepomuceno ha ido por su oldie puesto que irán a festejar su aniversario y el día del amor.
Envidiosas y despechados las amigas y amigos, con mal disimulo, se quedan a hacerle compañía hasta que llegue el susodicho novio para viborear de quien se trata.
El carro deportivo se detiene y baja un señor maduro quien saluda a todos y dirigiéndose a Patty le da un beso en la boca, y recogiendo sus cosas se despiden dejando a todos sorprendidos, obsevan cuando el hombre maduro le abre la puerta del auto para que ella se suba y después pedir al globero el globo más grande de un corazón y lo amarra en la portezuela antes de cerrarla, casi tosos, con la cara desencajada por la sorpresa ven alejarse el lujoso oldie.
Adentro el señor padre de Patty, cuestiona a su hija si logro comprarse lo que deseaba para su cumpleaños, ella carcajeándose muy satisfecha le contesta con un ¡sí!.
¿“Quien dice que hay que tener pareja para consentirnos el día del amor y la amistad”?
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