1
La luz de tus ojos se aproxima lentamente hacia mi rostro,
es la luna que lanza sus cuerdas a través de la ventana
para salvarnos de la lámpara nocturna que se apaga.
Baja por los escalones de tu piel y con su mirada
se acomoda en mis pestañas, campo desierto
invadido por el fuego.
Espuma luminosa en la negra orilla de mis labios,
que me abraza y que me oculta.
La ola de estrellas me envuelve
como a una roca partida sobre tu pecho,
me da forma y me siento suya, tuya,
creada a imagen y semejanza
de un sueño, de una escultura de polvo
frente a la lupa de tus ojos.
2
Oscura soledad prendiendo fósforos bajo tus cejas.
A veces Dios se pasea solitario por el cielo de tu mirada
y sobre sus aguas deja una estela de silencios.
Ahora lo se, Dios existe,
es un breve destello que aparece
cuando tú descansas sobre mi rostro.
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