De lo que está hecho el quantum es de espera; el espacio entre quantum y quantum es la espera; hasta la antimateria está constituida de lo mismo. Todavía no hay aparatos que la capten, pero observamos sus efectos.
Vivimos con la sensación de que siempre esperamos algo, pero no sabemos qué es, aunque la vida siempre nos sorprende.
Podemos apostar que las leyes de la espera y de la gravedad nunca dejarán de funcionar en nuestro planeta.
Ni Dios se salva de esta ley, siempre está esperando que los literatos le muestren una sonrisa, aunque sea en el último minuto de sus vidas, ya que Él siempre fue el primero en leer sus escritos con gran expectativa.
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